Si una habilidad puede presumir el gobernador de Puebla es la elaboración de cuentos. Sólo un problema hay, caray. Que esos cuentos nadie los cree. Y menos se toman en cuenta. Se sabe de quién vienen. Y no precisamente del santo de la devoción de los poblanos.
La incapacidad para gobernar es producto de mofa de la ciudadanía, empresarios, políticos y funcionarios de su propio gabinete. La percepción es comprensible por las erróneas decisiones asumidas.
El peor gobernador de la historia poblana. También ganó en tiempo récord la distinción del más antipático. Por estricta necesidad quienes tienen que soportar a diario las mañaneras se conectan sin prestar la menor atención.
Los calificativos ganados a pulso surgen a diario. La verdad, ni merecen mención.
La fábula cumbre de Barbosa es: Se reabre el caso Chalchihuapan. Se trata de un golpe mediático —pagado, por supuesto—. El desenlace es conocido. No pasará absolutamente nada.
Es protagonismo puro del autor desconocido: MBH: “Pobre gobernador”. Nada que ver con un “gobernador pobre”.
Si bien existió un homicidio, porque está plena y legalmente probado que un menor perdió la vida de manera violenta.
Técnicamente no hay un solo registro o dato de prueba que determine quién lo causó. Por lo que se requiere un señalamiento directo. O bien, quien activó el arma admita o confiese que actuó por instrucción directa de cierto y determinado mando.
Por tanto, decir que se reabrirá el caso es una declaración política carente de sustento legal.
¡Sólo protagonismo! ¡Protagonismo puro!
En la propia Fiscalía hay gente como OAFV, que se burla de las declaraciones del gobernador. Es de Guadalajara y presume contar con amigos del CJNG.
Y quizá su burla provenga de quien la trajo a Puebla a la Fiscalía —antes PGJ—. Y aún opera algunas cosas para su ex jefe.
Lo de Barbosa Huerta son los cuentos mal elaborados. Necesita llamar la atención para hacerse notar. Porque para los poblanos no existe. Ni existirá. Y eso no lo soporta.
¡Cuentos chinos!
¡Barbosismo reprobado!
REPORTE DEL INFORMANTE
Mercenarios y algo más. La falsa postura de rectitud del gobierno barbosista contrasta con la protección de funcionarios y comunicadores —no periodistas— mercenarios. La falsedad en el actuar, desacredita más a la devaluada administración estatal.
Como muestra los dos botones más sucios. El consejero Jurídico, Ricardo Velázquez, y el comunicador Arturo Rueda. Ambos personajes aprovechan la protección de Barbosa Huerta para enriquecerse y extorsionar.
El consejero y el comunicador encontraron cobijo en el actual gobierno. Luego de lucrar y enriquecerse en anteriores administraciones.
El consejero se libró de ir a la cárcel hace dos años por problemas con el SAT. Tuvo que pagar parte de la deuda con obras de arte.
El comunicador, a su vez, tiene una denuncia comprobada por extorsión y chantaje. Nada ocurre al respecto por la protección de Barbosa Huerta.
Como cínico mercenario de la comunicación, se alquila para golpear a quien le ordene el gobernador.
¡Corrupción, distintivo del gobierno!
¡Mercenarios unidos!