Joe Biden y Kamala Harris tuvieron ayer su primera aparición conjunta como fórmula presidencial del partido demócrata, de cara a las elecciones del 3 de noviembre.
El evento tuvo lugar en Delaware, estado que el exvicepresidente de Barack Obama representó durante su paso por el Senado y donde vive.
“La elección que tomemos en noviembre decidirá el futuro de Estados Unidos por un largo tiempo. Tomé una gran decisión. Elegí a la persona indicada para que se una a mí como la próxima vicepresidente”, expresó Biden.
Hizo referencia a la reacción del presidente Donald Trump tras el anuncio de la candidatura de Harris, pues la llamó “mala” e “irrespetuosa”. Biden dijo: “Lo que mejor hace Trump es quejarse. ¿A alguien le sorprende que tenga problemas con una mujer fuerte?”.
“Estados Unidos pide liderazgo a gritos, pero tenemos un Presidente que se preocupa más por sí mismo que por la gente que lo eligió. Hay buenas noticias. No tenemos que aceptar el gobierno fallido de Trump y Pence. En 83 días tenemos la posibilidad de elegir un mejor futuro para nuestro país”, dijo Kamala.
¿Radical?
A los pocos minutos del anuncio de Biden, el martes, Trump había calificado a Harris también como “desagradable”, “horrible” e “irrespetuosa”, mientras que su campaña la describió como una extremista que llevaría al moderado Biden hacia la izquierda.
Hay poca evidencia que sugiera que el público ve a Harris, una exfiscal de California y exfiscal general con fuertes vínculos con el partido demócrata, como una figura radical.
De hecho, es más apreciada que Biden entre los republicanos, según una encuesta de Reuters/Ipsos realizada entre el 10 y el 11 de agosto, justo antes del anuncio. El sondeo mostró que 21% de los votantes republicanos registrados tienen una impresión favorable de Harris, contra 13% de Biden.
LEG