A sus 95 años, el actor Ignacio López Tarso, representante de la Época de Oro del cine mexicano, regresa a los escenarios pero ahora, de forma virtual. A partir del 20 de agosto, las lecturas dramatizadas vía streaming serán la nueva forma de compartir su talento con el público, aunque está convencido de que regresará al teatro donde el verdadero reto es estar frente a la gente.

En entrevista virtual con 24 HORAS desde la comodidad de su hogar, el actor comentó que tras diez meses de pausa escénica, derivado de un problema gástrico que se sumó a la pandemia, lo obligaron a renovarse, adentrándose a la tecnología, a las redes sociales, y al uso del celular, “el aparatito” que lo ha maravillado por tener la capacidad de acercarlo con sus fans y de grabar como si estuviera en el cine.

-¿Cómo es que se anima a explorar estas nuevas posibilidades, estas plataformas y a hacer que el teatro no muera, que esté presente?

Qué bueno que surge esta posibilidad. A mí me sorprendió mucho, me sorprende cada cosa de todo lo relacionado a un celular. Un aparato maravilloso que cabe en una bolsa, que lo puede operar un niño, como son mis bisnietos, de 8, 10 y 12 años, y que lo manejan con una habilidad increíble.

Son maravillas de la tecnología moderna, el siglo XXI, y que bueno que hay esta posibilidad que estamos poniendo en práctica usted y yo esta tarde, y que ya he utilizado antes también con éxito para comunicarme con gente lejos y en este caso, para llevar también una obra de teatro.

Una obra de teatro fácil, sencilla, de dos personajes, pero bien escrita y que nos da la posibilidad de estar frente al público de nuevo. Yo ya estaba desesperado, tengo casi un año, en octubre dejé de hacer teatro por un pequeño problema gástrico que tuve, pero que se arregló fácil, pero tuvimos que cortar temporada y ya no pudimos regresar. De modo que desde octubre del año pasado hasta ahora son 10 meses, demasiado tiempo en mi carrera sin estar con el público. De modo que ya me hacía mucha falta, estaba muy inquieto, estaba molesto, porque pasaba el tiempo y esto no se solucionaba, al contrario, parecía que iba para más adelante y todavía creo que no se ha solucionado.

-¿Cómo es actuar frente a este tipo de plataformas digitales?

Como en un escenario no, pero es como la televisión o el cine. No es tan poco tan asombroso, pero sí que tenga yo un pequeño aparato delante de mí, un aparatito que tiene el tamaño de un cuaderno y que ahí esté su imagen, y que su imagen vaya con la mía, a visitar al público y que en ese mismo tamaño, en ese mismo espacio podamos hacer, Juan Ignacio, mi hijo y yo, esta obra de Humberto Robles que se llama “Leonardo y la Máquina de Volar”. Don Leonardo, el gran Leonardo da Vinci, gran personaje que yo nunca había tenido en mis manos y que lo tengo ahora, me gustó mucho.

A las 19 horas del 20 de agosto, Ignacio López Tarso y su hijo Juan Ignacio Aranda se estrenarán en el teatro virtual; los boletos podrán ser adquiridos por la plataforma de Boletópolis a un costo de 120 pesos. “La obra Leonardo y la Máquina de Volar” no será la única que presentarán, pues alistan una puesta en escena mensual por lo que resta del año: El 30 de septiembre presentarán “El Caballero de la Triste Figura”, sobre anécdotas de Don Quijote y Sancho Panza; el 1 y 2 de noviembre preparan “Macario el ahijado de la muerte” y el 19 diciembre “Melville en Mazatlán”

-¿Entonces Macario regresa a las pantallas?

Macario ha estado constantemente conmigo, lo llevo por todas partes, hemos hecho esa adaptación de Macario a tres voces y una guitarra, la hemos llevado a universidades, hemos ido a muchos teatros, a hacer esa adaptación al igual que la del Quijote. Ahora a través de este medio, tenemos la oportunidad de un nuevo público, un público que nunca había visto este tipo de transmisión y comunicación del teatro con ellos.

-¿Qué sentimiento le genera el ver a un México transformarse, que ya no es el mismo al que usted conoció o que conserva poco de lo que fue?

Pues cada nuevo invento, cada nueva sorpresa: que ya hay coches, que ya hay aviones, que ya hay vuelos al espacio, que ya hay la televisión, que ya ahora el internet, que ya hay el celular, que se pueden utilizar para comunicarse. Ha sido maravilloso el siglo XX y el siglo XXI son los dos siglos más sorprendentes en la historia de la humanidad, así debe de haber sido en un principio cuando inventaron el primer tenedor, cuando inventaron el primer traje, cuando descubrieron el fuego, cuando fueron descubriendo poco a poco todo lo que ha descubierto el ser humano a través de toda su historia de la humanidad.

-¿Cómo ha vivido usted la pandemia?

Bien, con mucha paciencia, hay que tener paciencia, perseverancia, hay que tener buen humor, hay que aguantar mucho, hay que callarse muchas cosas que podría uno gritar.

Yo me la he pasado bien, he tenido paciencia, sé que es difícil, hay casas que son muy grandes y que tienen sus propios problemas, pero los más graves problemas están en las casas chicas con mucha gente. Una casa chica con mucha familia es imposible que la gente no puede dejar de salir. Los problemas se dan y hay que pasar por ellos, tratar de resolverlos de mejor manera, cada familia, cada grupo, cada individuo, todos tenemos que poner todo de nuestra parte para que esto mejore.

Una de las enseñanzas que deja Ignacio López Tarso es su filosofía sobre “aspirar a la perfección”, porque sólo así este mundo será mejor, con pandemia o sin pandemia….

Frase:
“Si todo mundo persigue, anhela la perfección, todos vamos a ser mejores, a fuerza, no llegaremos a la perfección pero si tenemos el espíritu de ir hacia ella, por cualquier camino, todos vamos a hacer de lo que hagamos, algo mejor”

 

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A las 19:00 horas del próximo jueves, Ignacio López Tarso y su hijo Juan Ignacio Aranda se estrenarán en el teatro virtual. Los boletos podrán ser adquiridos en la plataforma de Boletópolis, con un costo de 120 pesos.

El histrión prepara una serie de obras mensuales para lo que resta del año: el 30 de septiembre presentarán El Caballero de la Triste Figura, sobre anécdotas de Don Quijote y Sancho Panza; el 1 y 2 de noviembre Macario el ahijado de la muerte; y el 19 diciembre Melville en Mazatlán.

 

 

LEG

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