LONDRES.- Julian Assange reanudó su batalla en un tribunal de Londres este lunes para evitar la extradición a Estados Unidos para enfrentar cargos penales por las actividades de su sitio web WikiLeaks, luego de meses de retraso debido al bloqueo del Coronavirus.

Las autoridades estadounidenses acusan a Assange, de 49 años, nacido en Australia, de conspirar para piratear computadoras del gobierno y de violar una ley de espionaje en relación con la publicación de cables confidenciales por WikiLeaks en 2010-2011.

Assange, bien afeitado y vestido con traje en la audiencia del lunes, se negó formalmente a ser extraditado para enfrentar una acusación de reemplazo emitida por las autoridades estadounidenses en junio.

Assange es visto por sus admiradores como un defensor de la libertad de expresión que expuso los abusos de poder de Estados Unidos. Sus críticos dicen que al publicar documentos no redactados, puso en peligro imprudentemente la vida de fuentes de inteligencia.

También ha atraído críticas más recientes por la publicación por WikiLeaks durante la campaña presidencial estadounidense de 2016 de documentos robados del Comité Nacional Demócrata, que dañaron a la nominada Hillary Clinton. Niega las acusaciones de investigadores estadounidenses de que WikiLeaks obtuvo esos documentos de piratas informáticos rusos. El tema no forma parte del proceso judicial.

Assange llegó a los titulares internacionales en 2010 cuando WikiLeaks publicó un video militar estadounidense que mostraba un ataque de 2007 de helicópteros Apache en Bagdad que mató a una docena de personas, incluidos dos miembros del personal de noticias de Reuters. Posteriormente, el sitio publicó grandes cantidades de registros militares y cables diplomáticos estadounidenses.

 

CARGOS “POLÍTICOS”

Las audiencias de extradición comenzaron en febrero, pero luego se pospusieron unos meses antes de retrasarse aún más debido a un cierre nacional para frenar la propagación del Covid-19.

Los abogados de Assange argumentan que no recibiría un juicio justo en Estados Unidos por cargos políticos. También han dicho que correría el riesgo de suicidarse si lo enviaran a Estados Unidos, donde dicen que podría enfrentar 175 años de prisión.

La persecución de Assange fue parte de la “declaración de guerra efectiva contra los filtradores y los periodistas” del presidente Donald Trump, argumentaron en documentos judiciales. “Era un símbolo obvio de todo lo que Trump condenó, habiendo llamado la atención del mundo sobre los crímenes de guerra estadounidenses”.

Las tribulaciones legales de Assange en Gran Bretaña se remontan a 2010, cuando comenzó a luchar contra un intento de extraditarlo a Suecia para responder preguntas sobre acusaciones de agresión sexual, que desde entonces se han retirado. En junio de 2012, ante la inminente extradición, buscó refugio en la embajada de Ecuador.

Pasó siete años escondido allí. Su compañera, Stella Moris, reveló este año que había tenido dos hijos mientras estaba dentro de la embajada.

Después de que Ecuador revocó su asilo, fue sacado de la embajada en abril de 2019 y cumplió una breve sentencia de prisión británica por violar las condiciones de la fianza. Sigue encarcelado a la espera del resultado de la solicitud de extradición de Estados Unidos.

 

fahl

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