BOGOTÁ.- Ocho personas murieron en la capital colombiana y en la vecina ciudad de Soacha, en medio de las violentas protestas contra la brutalidad policial desencadenadas por un video ampliamente difundido de un hombre recibiendo repetidas descargas eléctricas de dos policías con una pistola paralizante antes de morir.

La alcaldesa de Bogota, Claudia López, acusó a la policía de utilizar indiscriminadamente sus armas de fuego en medio de las protestas y pidió al presidente Iván Duque prohibir el uso de armamento durante las manifestaciones.

“Hay evidencia sólida del uso indiscriminado de armas de fuego por parte de miembros de la policía”, dijo López en el hospital local de Suba, al noroeste de Bogotá. “No vamos a tolerar el uso de la violencia para reprimir violencia”.

La alcaldesa afirmó que las seis personas que murieron en Bogotá, incluido un joven de 17 años, tenían heridas por armas de fuego.

López, que insistió en la necesidad de una reforma estructural en la policía para convertirla en un cuerpo civil, pidió a los ocho millones de habitantes de la capital abstenerse de participar en actos de vandalismo.

Más de 90 policías y 55 civiles resultaron heridos, mientras que 56 instalaciones policiales fueron atacadas, incluidas 22 que quedaron destruidas al ser incendiadas por los manifestantes, dijo el director encargado de la Policía Nacional, general Gustavo Moreno.

Adicionalmente, hubo 77 ataques a vehículos de servicio público, 22 de los cuales fueron incendiados en medio de las 26 protestas que se extendieron a otras ciudades como Medellín y Cali, precisó el oficial, que reportó 70 personas capturadas.

Los manifestantes protestaban por la muerte de Javier Humberto Ordóñez, padre de dos hijos, durante un procedimiento policial.

La policía dijo que las muertes de los ocho civiles durante las protestas están bajo investigación.

El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ofreció recompensas de hasta 50 millones de pesos (13 mil 450 dólares), por información que permita identificar y capturar a los implicados en los actos de vandalismo y en la muerte de las ocho personas -seis en Bogotá y dos en Soacha-.

“Aquí lo que estamos es frente a un acto masivo de vandalismo y de violencia”, dijo Trujillo en una conferencia de prensa. “Aquí lo que estamos es frente a la actuación inaceptable desde el punto de vista social y legal de una serie de colombianos que se dedicaron a afectar bienes públicos y a afectar la tranquilidad”.

JUSTICIA Y LLAMADO A LA CALMA

Los dos policías involucrados en la muerte de Ordóñez, de 46 años, fueron suspendidos de sus cargos a la espera de las investigaciones en las que deberán afrontar su responsabilidad en forma individual, reiteró el Gobierno.

La policía dijo que Ordóñez estaba consumiendo licor en una calle del occidente de Bogotá con algunos amigos, en una violación de las normas de distanciamiento vigentes para contener la expansión del coronavirus.

El video, grabado por un amigo, lo muestra en el suelo sujetado por dos policías y sometido a sucesivas descargas eléctricas mientras suplica “Por favor, no más”.

Ordóñez fue llevado a un pequeño cuartel de la policía donde su familia alega que fue sometido a más abusos. Después murió en una clínica a donde fue trasladado.

“La policía ha venido diciendo que es un proceso policiaco, pero a él lo asesinaron los policías, por eso lo único que nosotros queremos es justicia”, dijo a Reuters Eliana Marcela Garzón, cuñada de la víctima, al tiempo que rechazó los actos de vandalismo durante las protestas por la muerte de su familiar.

La policía de Bogotá será reforzada con mil 600 efectivos, más de la mitad de los cuales vendrán de otras regiones, y 300 soldados, dijo el ministro Trujillo.

El presidente Duque lamentó las muertes, los disturbios, hizo un llamado a la calma y aseguró que no habrá tolerancia con los abusos de autoridad.

Un esfuerzo de los sindicatos a principios de esta semana para revivir las protestas masivas del año pasado contra las políticas económicas y sociales del presidente Duque obtuvo un moderado apoyo en medio de las actuales restricciones por la pandemia de coronavirus.

Pero la muerte de Ordóñez podría alimentar la indignación generalizada contra la policía, duramente criticada el año pasado después de que un adolescente que protestaba murió tras ser herido con un proyectil de gas lacrimógeno disparado por un oficial de una unidad antidisturbios.

 

MGL

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