Hace algunas semanas, Diego Schwartzman casi pierde a su madre. Silvana estaba viendo el partido de su hijo por la tele en su casa de Argentina cuando su corazón empezó a latir “muy fuerte”.

En pantalla, sobre la arcilla romana, su hijo acababa de derrotar al rey del polvo de ladrillo, Rafael Nadal. El primer triunfo en diez enfrentamientos.

“No podía creerlo, me dolía la cabeza. Me dije: ¡el pobre chico va a celebrar la victoria más importante de su carrera y se enterará de la muerte de su madre!”, bromeó Silvana.

Silvana sobrevivió, pero las emociones de los últimos días han sido igual de fuertes para los Schwartzman. “Lo que hemos vivido es increíble. Lo veíamos que ya estaba jugando diferente y Diego tiene eso: resurge como el Ave Fénix. Quizá parece que no le gana a nadie y de golpe explota. No había arrancado bien cuando viajó y ahora pasó todo esto”, cuenta una orgullosa mamá, que siempre está al borde de las lágrimas.

Ver los partidos de Diego a la distancia ha sido una experiencia en sí misma para su familia, con conductas particulares para cada integrante que suelen cumplirse a rajatabla en la casa del actual octavo del mundo en el Norte de la Provincia de Buenos Aires: cada uno lo ve en una parte separada de la casa. “Matías, el hermano, en el living con los perros, yo lo veo en el cuarto de arriba y Ricky, abajo”, explica. Silvana. “Encima el papá está con la computadora y el livescore aparte… a él le llega primero, no se puede aguantar, y siempre nos enteramos antes de si gana o de si pierde por sus gritos”, cuenta la mamá quien suele no tutear a su hijo y elige tratarla de Ud.

Euge es Eugenia de Martino, novia del Peque y asidua acompañante del argentino en cada torneo.

“También pasaba que si perdía quizá no hablamos por una semana entera capaz… Es muy competitivo Diego, siempre fue así, pero ahora está mucho más maduro, y seguro de sí mismo”.

No obstante, no siempre fue así de tranquilo el argentino. “Era un demonio de chico. Tenía alma de destructor, y se mandaba errores uno atrás del otro. Pero siempre se divirtió y fue alguien que disfrutó de cada situación y no había nada que fuera una adversidad para él”, asegura su mamá y cuenta una intimidad. “Ahora en casa lo cargamos y le decimos ‘El patrón del mal’. El otro día nos retruco el chiste: ‘ahora vas a ver el patrón del mal potenciado, porque soy Top10’. Esa efervescencia lo ha llevado a ser lo que es”.

En este camino en el que hoy Schwartzman transita por su nivel más alto, su familia siempre ha estado a su lado y es un sostén y su principal motor para nunca desviarse del correcto recorrido. “Si no tienes una familia atrás es imposible que llegues a esto… Todo gira alrededor de el en nuestra familia, pero todos los hermanos (Matías, Natali y Andrés) son todos super unidos y lo apoyan en todo”. También, cuando hubo pasos en falso, hubo ‘bajadas’ a tierra para el flamante semifinalista de Roland Garros.

FRASE
Diego Nació para brillar y yo siempre supe que era una diferente. Esto de meterse entre los die10 mejores es un antes y un después en su vida deportiva también, y él se lo merece porque nunca bajó los brazos y la luchó en todo momento” Silvana mamá de Diego Schwartzman

LEG

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