Los Dodgers sometieron a batazos a los Rays y se llevaron el primer juego de la Serie Mundial con un gran Kershaw desde el montículo.

Clayton Kershaw fue el encargado de abrir el juego 1 del Clásico de Otoño para los Dodgers por tercera ocasión en su carrera. El zurdo ofreció una de sus mejores actuaciones que se le recuerde en postemporada.

En seis entradas completas que trabajo, apenas permitió dos imparables, de los cuales uno se convirtió en carrera, ya que Kiermaier encontró la bola y la mandó del otro lado de la cerca en la quinta entrada.

Sin embargo, la ofensiva de los Dodgers demostró por qué fue la que llevó al equipo hasta la serie final. En el cuarto inning, Bellinger pegó un cuadrangular de dos carreras avisando lo que se avecinaba.

En el quinto episodio realizaron un rally de cuatro carreras con Betts, Muncy, Taylor y Hernández pegando imparables que terminaron en carreras.

Kershaw trabajo la sexta entrada sin problemas y terminó su actuación dejando ocho ponches más a su cuenta, poniéndose como el segundo pitcher con más chocolates recetados con 201, solo detrás de Justin Verlander que ostenta 205.

En la parte baja de esa misma entrada, Betts nuevamente ánimo al público con un home run solitario que amplió la diferencia, mientras que Muncy con un doble impulso a Turner hasta la registradora. 1-8 en el marcador.

En el séptimo rollo y con Víctor González, pitcher mexicano como relevo, los Rays tuvieron un ligero despertar por medio de Brosseau, quien impulsó la segunda carrera de Tampa.

Para la octava entrada, Báez contuvo bastante bien a los bateadores de Tampa y salió sin recibir daño para dejar todo a Joe Kelly para terminar el trabajo en la novena.

El ex de Boston tuvo a Meadows enfrente y apenas en su segundo pitcheo, el de Rays conectó para mandar la pelota a lo profundo de parque, entre el central y el izquierdo, pero Bellinger no titubeó y le robó el home run.

 

fahl

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