El mito de que las administraciones emanadas de las filas del Partido Acción Nacional en Puebla hacían “mucha” y “buena” obra, quiebra en los hechos y en la práctica.

Aquello de que los #BuenosGobiernoDelPAN, sí hacían obra de calidad muy a pesar de sus jugosos negocios, el paso del tiempo lo ha ido desenmascarando.

Las magnas obras del morenogalismo y sus lazos en algunos municipios, son una evidencia irrefutable del apetito político y económico de un grupo que gobernó para unos cuantos.

Su pésima calidad, su falta de planeación, mal trazo, obras que se despedazan, caen, despintan, son caras de mantener y muchas simplemente ya no funcionan, evidencia el objetivo con el que se hicieron: promocionar durante cierto tiempo una magnificencia mal lograda y una suntuosidad que ocultaba lo real.

Hace algunos meses, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, explicaba en su conferencia mañanera lo inútiles que resultan los 17 tirantes ubicados en puentes con las siglas de Moreno Valle, además de ello, sólo sirvieron para encarecer la obra.

Y no lo dijo él, fue el Colegio de Ingenieros del Estado de Puebla el que dictaminó que en los 22 puentes a los que se les incluyeron las iniciales del fallecido mandatario, los tirantes no tienen una utilidad racional, son de ornato y no de carga.

No es solo eso, las avenidas por las que pasan, ya han tenido que ser intervenidas en diversas ocasiones por agrietamiento, severos encharcamientos, desperfectos, ruidos extraños y muchas cosas más.

Dos vialidades que refrendan este dicho cada vez más popular de que hubo “mucha obra, mala obra” son, la Avenida Carmelitas ubicada al sur de Puebla capital y la Avenida Rafael Moreno Valle en la entrada del municipio de Atlixco.

En la primera la falta de planeación, quita y pone carriles en su extensión, fulminó una parte de la ciclopista, trajo inundaciones a la zona, es una mala conexión al sur de la ciudad, ha tenido más de una centena de intervenciones y no cumple con reglas de movilidad. En la segunda su mala planeación de accesos y salidas, hace constantes los choques, reina la confusión entre semáforos, el suelo brilla mucho y con lluvia no se puede frenar.

Aunado a ello, están los uniformes escolares que se repartieron elaborados a base de cartón, mala calidad en las telas y entregados con logos para promocionar al gobierno en turno.

Sobre lo que se hizo con el Estadio Cuauhtémoc, tardó muy poco en mostrar que la obra entregada estaba muy alejada de lo que se planteó en la modernización.

De un monumental proyecto que colocaba al recinto mundialista de Puebla cerca del Allianz Arena de Munich, terminó en un “elegante” y cómico chiquihuite. 

Muchos piden dejar de ver al pasado y encarar con fuerza al futuro, pero ¿se debe pasar por alto el nivel de omisión y putrefacción de este penoso legado? ¿O es mejor recordar y actuar en consecuencia como promesa de memoria histórica?

Todos sabemos quiénes fueron y en el 2021, también habremos de recordarlo. 

 

@Olmosarcos_

Máscaras por Jesús Olmos Arcos