La pandemia del coronavirus ha evidenciado el papel clave del saneamiento y la higiene para detener la propagación de enfermedades.
Con un nuevo fondo, Naciones Unidas busca canalizar millones de dólares a la creación de infraestructura útil para resolver los grandes problemas de salud pública en los países más pobres.
La Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos lanzó ayer un nuevo mecanismo de financiamiento global para apoyar los programas orientados a hacer accesible el saneamiento y la higiene para todos.
El objetivo del Fondo de Saneamiento e Higiene es la inversión público-privada de 2 mil millones de dólares en los próximos cinco años para dar una solución a la crisis en materia de saneamiento, higiene y salud menstrual.
El Fondo ayudará a los países con menor capacidad de respuesta a esta crisis y tendrá cuatro metas estratégicas: ampliar el saneamiento doméstico, garantizar la salud e higiene menstrual, proporcionar servicios de saneamiento e higiene en las escuelas y las instalaciones sanitarias, y apoyar las soluciones innovadoras de saneamiento.
Durante la presentación del nuevo Fondo, la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas abogó por el aumento de las inversiones para que toda la población cuente con esos servicios básicos.
“El saneamiento y la higiene son fundamentales en primer lugar, porque se trata de la dignidad humana, y en segundo porque es un problema de salud”, dijo Amina Mohammed.
La pandemia del coronavirus ha hecho patente la función vital del saneamiento y la higiene para evitar la propagación de enfermedades y, además, ha puesto de manifiesto las grandes desigualdades que existen en el acceso a esos servicios.
El director ejecutivo del Fondo, Dominic O´Neill, recordó que el dinero bien utilizado puede impulsar cambios positivos y duraderos.
“Esta no es sólo una lucha por mejorar la salud: es una lucha por el respeto y los derechos humanos, así como por el fin del estigma”, aseveró.
LEG