Alice Little es una trabajadora sexual de Nevada, en Estados Unidos y ella es reconocida por ser la prostituta más cara de todo el país, aunque debido a la pandemia por Covid-19, demandó al gobierno bajo el argumento de que ya no obtiene ganancias por las restricciones.

Little es una mujer que trabaja ofreciendo sus servicios en el burdel Moonlite BunnyRanch, aunque desde el mes de marzo no ha tenido oportunidad de laborar. Ella se autodenomina como “psicóloga, asesora de relaciones y experta en sexo, todo en uno” y afirma ganar cerca de un millón de dólares al año, según reporta el diario Daily Star.

Los prostíbulos legales fueron cerrados en Nevada desde el 17 de marzo, aunque otros negocios como spas y salones de masajes ya están abiertos.

Esto no le pareció a Alice, pues cree que se trata de una decisión “arbitraria” y que ha dejado a las trabajadoras sexuales “económicamente devastadas”.

“El hecho de que se haya permitido reabrir salones de masajes, estéticas, salones de belleza, servicios de acompañantes y otros negocios no esenciales, me lleva a creer que la decisión del gobernador de mantener los burdeles cerrados es simplemente una discriminación flagrante contra las trabajadoras sexuales legales de Nevada”, declaró.

Añadió que “simplemente no puedo permitir que el gobernador diezme arbitrariamente los medios de vida de toda una clase de mujeres trabajadoras. Por eso decidí emprender acciones legales”.

Para sobrevivir ella ahora tiene su cuenta de OnlyFans, y está recaudando fondos para ayudar a financiar la demanda que hasta ahora lleva cinco mil 500 dólares.

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