La primera llamada entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario electo de EU, Joe Biden, fue fraterna y amistosa, y en ella se refrendó el principio de no intervención, informó el titular del Ejecutivo.

“La conversación telefónica inició así: me dijo que él iba a buscar un trato de iguales y yo le reconocí la expresión, porque no implica subordinación, implica apego a nuestros principios contemplados en el artículo 89 de la Constitución, de no intervención.

“No hay nada que indique, no hay ningún presagio de malas relaciones con el Gobierno que va a encabezar el presidente Biden”, resaltó AMLO.

La plática fue el pasado sábado, duró máximo 30 minutos, y trató sobre todo el tema migratorio, en el que ambos coincidieron que se debe apoyar a los países de donde salen más migrantes.

“Él (Biden) tiene claro que se debe de apoyar a Centroamérica y a México, sobre todo a estados del sur-sureste del país para que haya desarrollo, atender el fenómeno migratorio dando opciones, oportunidades de empleo, de bienestar, para que la gente no se vea obligada a abandonar sus pueblos.

“Él sabe que la gente abandona sus lugares de origen por necesidad, no por gusto; de modo que lo que tiene que hacerse es ir a las causas y promover el desarrollo del sur y eso es lo que nosotros hemos venido planteando y estamos haciendo. Quedamos en que se va a reforzar esa política”, detalló López Obrador.

Al respecto, en un comunicado, el equipo de transición de Biden resaltó que se busca una migración ordenada: “(Biden) se comprometió a trabajar en estrecha colaboración con México y otros socios regionales (…) durante los primeros meses de su administración, para construir la infraestructura y las capacidades regionales y fronterizas necesarias a fin de facilitar un nuevo enfoque ordenado y humano de la migración, que respete las normas internacionales sobre las solicitudes de asilo”.

LEG

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