Este miércoles, el Congreso de los Estados Unidos dará los toques finales a las caóticas y prolongadas elecciones presidenciales estadounidenses de 2020.

Una sesión conjunta de la Cámara y el Senado se reunirá por la tarde mientras se abren, cuentan y certifican los votos emitidos por el Colegio Electoral de 538 miembros, después de las elecciones de noviembre. El presidente del Senado, es decir, el vicepresidente Mike Pence, debe declarar al ganador.

Por lo general, este proceso genera muy poca atención pública, porque esencialmente es solo una ratificación formal de un resultado que el público estadounidense conoce desde hace casi dos meses.

Pero este año será diferente, porque un pequeño grupo de representantes del presidente Donald Trump en la Cámara y el Senado han indicado que desafiarán la certificación y los votos de los electores en lo que será un intento quizá inútil de retrasar el anuncio de la victoria del demócrata Joe Biden.

Según un comunicado de los senadores que lideran el esfuerzo, el Congreso debería nombrar inmediatamente una Comisión Electoral, con plena autoridad investigadora y de determinación de hechos, para realizar una auditoría de emergencia de 10 días de los resultados electorales en los estados en disputa.

Una vez completado, los estados individuales evaluarían los hallazgos de la comisión y podrían convocar una sesión legislativa especial para certificar un cambio en su voto, si fuera necesario.

Es casi seguro que la medida de este pequeño grupo de legisladores republicanos fracasará, ya que la mayoría demócrata en la Cámara rechazará los desafíos, y un buen número de republicanos han dicho que votarían en contra de ellos también.

A lo sumo, este último intento de anular el resultado de la elección, basado en las infundadas afirmaciones de Trump de fraude, solo retrasará lo inevitable.

Esto podría llevar desde unas pocas horas hasta un día, dependiendo de los desafíos.
A pesar de todo, los rebeldes republicanos dudan: “No somos ingenuos. Esperamos que la mayoría, si no todos los demócratas, y quizás más de unos pocos republicanos, voten de otra manera”, dice su declaración.

El Senado, la joya de la corona electoral

Los votantes en Georgia sufragaron la víspera en un par de elecciones de segunda vuelta que determinarán tanto el control del Senado de Estados Unidos como la capacidad del presidente electo demócrata, Joe Biden, de impulsar una ambiciosa agenda legislativa.

Los senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler están tratando de mantener a raya a los contendientes demócratas Jon Ossoff, un realizador de documentales, y al reverendo Raphael Warnock, pastor de una histórica iglesia negra en Atlanta, en un estado que Biden ganó por estrecho margen el 3 de noviembre.

Los demócratas deben ganar ambas contiendas para tomar el control de la Cámara alta. Una doble victoria demócrata dividiría el Senado 50-50, con la votación de desempate en manos de la vicepresidenta electa Kamala Harris. El partido ya tiene una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes.

Un Senado controlado por los republicanos probablemente bloquearía muchos de los objetivos políticos más ambiciosos de Biden en áreas como el alivio económico y el cambio climático. Se prevé que hoy por la tarde se conozcan los resultados previos.

Reiteran que Rusia estaba detrás de ciberataques

La oficina del director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos reveló que “probablemente” Rusia estaba detrás de una cadena de ataques informáticos identificados el mes pasado, que dijo que sufrieron al menos de 10 agencias federales.

La oficina, el FBI, la Agencia de Seguridad Nacional y la Agencia de Seguridad de la Infraestructura y Ciberseguridad -del Departamento de Seguridad Nacional- sostuvieron, en una declaración conjunta, que el objetivo de los piratas informáticos parecía ser la recopilación de información, más que cualquier otro acto destructivo.

Los organismos dijeron que el agente, “probablemente de origen ruso, es responsable de la mayor parte o de todas las violaciones recientemente descubiertas y en curso, de todas las redes”.

La investigación continúa, señalaron, y podría encontrar más víctimas en el Gobierno. Fue la primera declaración formal de atribución del Gobierno del presidente Donald Trump.
LEG

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