La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Ocurrió en el programa La Hora de Opinar, en Foro TV, la noche del lunes.

Jorge G. Castañeda, promotor de Ana Teresa Aranda, dice que es viable  –y deseable, al decir de su júbilo– que su protegida le quite votos al PAN para que el PRI se alce con el triunfo.

Textualmente lo dijo así:

“Es posible –a mí me es igual– que ella le quite suficientes votos a Tony Gali para que gane el PRI”.

Ante Leo Zuckermann y Javier Tello, el excanciller en tiempos de Fox se cuidó de no revelar que en las últimas semanas se ha convertido en protector de la candidata independiente.

Así, desde una aparente distancia, evidenció lo que todos sospechábamos: que la verdadera estrategia de Ana Teresa Aranda es quitarle votos al PAN para que gane el PRI.

Tal cual.

La señora Aranda, en efecto, no quiere ganar la elección –tarea imposible para ella– ni competir abiertamente para quedar en el mejor lugar.

Lo suyo es lo que reveló con cierto candor Castañeda: hacer ganar al PRI.

Para eso luchó en el IEE y el Tribunal Electoral.

Para eso falsificó firmas.

Para eso utilizó el padrón de Prospera.

Para eso subió y bajó.

Para eso expuso su vida en un accidente carretero con el que quiso lucrar.

De joven: cacerolista de derecha.

De grande: telonera del PRI.

Telonera, sí, de Blanca Alcalá.

Telonera como lo son los grupos musicales de baja factura que les abren los conciertos a Los Tigres del Norte o El Buki.

Y no, faltaba más, no le es igual a Jorge Castañeda que la señora Aranda le quite votos al PAN para que gane el PRI: en esa tarea parece irles algo más que un ejercicio democrático.

La biografía de Castañeda lo dice todo:

De adolescente: guerrillero dandy.

De joven: promesa del priismo.

De adulto maduro: salinista, cardenista y foxista.

De adulto mayor: priista redimido.

Aquí, como en muchos casos, hay que seguir la pista del dinero.

El Locutor y el Micrófono

Furtivamente, de lentes oscuros, el locutor Iván Mercado suele acudir a la sede de Grupo Imagen –Mariano Escobedo 700, colonia Anzures, Ciudad de México– para hablar con Mario Pintos Gutiérrez, director de Relaciones Institucionales.

Ante las secretarias se presenta como “empresario” y “comunicador social”.

—¿Tiene cita? —le preguntan.

—No, señorita, pero me urge hablar con el licenciado Pintos.

—¿Tema?

—Personal. Pero puede ser profesional.

¿Qué quiere el locutor que hasta hace poco trabajó en Radio Oro?

Evidentemente: una plaza.

Una plaza en Grupo Imagen Puebla en el horario de 4 a 5 de la tarde.

Una plaza que le dé la oportunidad de volver a estar en los micrófonos.

Hoy por hoy, Pintos Gutiérrez no lo ha recibido.

Tic tac, tic tac, tic tac…

“Seguiremos informando”, diría el susodicho.

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