Nadie en su sano juicio puede justificar la estupidez hecha abuso sexual que a todas luces cometió el diputado de MORENA, Saúl Huerta, la semana pasada. No existe justificación alguna para cometer ese tipo de idioteces a sabiendas de que eres un personaje público al que seguramente siempre habrá cámaras, testigos, gente observándolo… o hasta trampas puntuales de tus enemigos para aprovechar tus debilidades.
No es el único político ni el primero en ser presa de sus bajos instintos. Muchos tienen por ahí pasados oscuros y de su vida que prefieren vivir en secreto. Pero sí es de los más brutos, para dejarse llevar por sus malsanas pasiones a sabiendas de que siempre puede haber alguien que te denuncie o sorprenda.
No es el único y tampoco tiene que ver aquí la pertenencia a un partido político, que es la raja electorera que hoy medio mundo quiere sacar. Abusadores y enfermos los hay en todos lados y en todos los partidos, pero unos se saben esconder mejor que otros.
Pero la temporada electoral hace que todos escupan para arriba y cualquier cosa quieren traducirla en la pertenencia a un partido. Me explico.
Este fin de semana se reabrió el estadio Cuauhtémoc y, lo que ya es costumbre cuando se expende cerveza o alcohol en cualquier lugar, hubo pleitos y excesos en las tribunas. Alguien sacó la foto de un pelafustán lanzando una patada a una mujer, para que todos reprobemos ese hecho. Pero… alguien listo también buscó su perfil en redes sociales y se percató que trabaja o es miembro del partido MORENA.
Y entonces ese es el tema. “Miembro de MORENA patea brutalmente a una mujer en el Estadio”. Me pregunto si un reportero de nota roja podría poner a un reportaje: “Católico agrede a una mujer en su casa”. O “Rotario choca y mata a una mujer”. O sea… ¿Qué tiene que ver la pertenencia a un grupo religioso, social o partidista para que se califique un hecho reprobable de un individuo?
Pero reitero… estamos en temporada electoral.
Y el abuso absurdo de Saúl Huerta, a todas luces reprobable y desde luego que merece un castigo ejemplar, también está cumpliendo con su consecuencia electorera.
Es el oxígeno que le hacía falta a las campañas de los candidatos panistas, que la verdad no estaban entusiasmando a nadie. Nadie estaba pelando las campañas de los panistas (de los de MORENA tampoco, la verdad) y el asqueroso hecho protagonizado por Saúl Huerta viene a darles tema de campaña, ante la poca creatividad mostrada hasta el viernes.
Hoy todo será lucha contra los abusadores, defensa de los menores, cárcel para los malditos pedófilos y treinta frases más pegadoras. Aunque nunca vi que denunciaran con tanto ahínco cuando un grupo de senadores panistas (encabezados por Luis Alberto Villareal) en 2014, en Puerto Vallarta, bailaban y manoseaban a prostitutas encabezadas por la célebre “Montana”, después de una reunión plenaria de su bancada. Y tampoco veo que protesten porque varios de sus candidatos actuales están acusados de abusos o violencia familiar. Ellos seguramente son muy machos y merecen todo el respeto.
Los hechos protagonizados por Saúl Huerta son abominables y merecen destitución, condena y cárcel. Pero también vienen como “anillo al dedo” (ya lo dijo alguien por ahí) a las desangeladas y sosas campañas panistas en Puebla (y creo que todo el país).
Pero qué triste y absolutamente condenable en lo que Saúl Huerta fue sorprendido. Pero qué triste también que los candidatos panistas lo aprovechen para medio entusiasmar a la gente, a falta de propuestas o discursos inteligentes.
Estas son las campañas 2021.
Esto es lo que hay.
@rodolforiverap