Este martes 11 termina la primera de las cuatro semanas de campañas en el proceso electoral local concurrente con el federal, y la danza de las cifras estadísticas y el discurso de candidatas y candidatos ofrecen diversos escenarios antes de la cita en las urnas el 6 de junio.
Un engañoso estudio telefónico de la empresa encuestadora Massive Caller ponía este fin de semana al candidato Eduardo Rivera Pérez a una distancia de 14 puntos de ventaja con 42.7 sobre Claudia Rivera Vivanco, con 28.7 puntos. De acuerdo con su metodología, fue el resultado de 600 entrevistas y el margen de error era de 4.3 por ciento.
Es cierto que el panista tiene una ventaja según otros sondeos, que en sus mejores momentos ha arañado los 9 puntos. De ahí que desde el arranque, el equipo de campaña haya echado toda la carne al asador. La presencia desde el primer día de la campaña de las dirigencias nacionales de los partidos que arropan esa candidatura en el municipio de Puebla es síntoma de que no habrá lugar a la improvisación.
Un día después, el miércoles 5, fue arropado por senadores priistas y panistas; el jueves 6 por un Santiago Creel convertido en factor de decisiones políticas en la dirigencia nacional panista, desde que el michoacano Marko Cortés llegó a esa responsabilidad política.
En el otro frente, el jueves 6, estuvo en Ajalpan y Puebla capital Citlali Hernández, la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. No lo hizo para recomponer lo desecho por la burocracia que de mala forma se adueñó de las candidaturas, sino para profundizar divisiones, lo que constituye uno de los menos deseables riesgos cuando se busca la validación ciudadana y el voto.
Este domingo, la columna Bajo Reserva de El Universal publicó que en Acción Nacional “hay dos elecciones que, en teoría, tendrían prácticamente en la bolsa y, en sus palabras, sin posibilidades de sufrir una derrota. Se trata de Querétaro, que ven ya gobernado por su candidato Mauricio Kuri, y la ciudad de Puebla, donde el exalcalde angelopolitano Eduardo Rivera espera recuperar sin contratiempos”.
De los ocho perfiles que aspiran a gobernar la capital de Puebla, Rivera Vivanco vive la campaña más compleja con marcaje personal y cuestionamientos ciudadanos, un día sí y otro también, que ha considerado como un “golpeteo político”.
El rumbo de la elección parece estar en los detalles, como las letras chiquitas de contratos leoninos que nunca nadie lee. El jueves 6, la morenista fue la primera en proponer un debate para discutir proyectos, planes de trabajo y que los ciudadanos conozcan del “golpeteo político”.
La evidencia empírica de procesos electorales pasados ha dado muestras solventes de que quien propone el debate en una campaña no es exactamente el puntero. En términos pugilísticos no es precisamente el campeón de un título el que busca rival para exponer su cetro, sino el aspirante a destronar a quien ostenta superioridad como rival.
Eso dicta la experiencia, aunque también habrá que admitir la existencia de nuevos paradigmas para reescribir el nuevo tiempo.
@FerMaldonadoMX
Parabólica por Fernando Maldonado