Miembro de una familia de 5 personas, una de ellas con discapacidad, Edel Tejeda acude a las cámaras de 24 Horas Puebla: El Diario Sin Límites para hacer eco a su denuncia en contra de la agrupación de cuña priista, Antorcha Campesina, exhibiendo la forma en la que operan los despojos.
“Lo que hemos vivido es una situación terrible por parte de mi familia y muchos vecinos, que en Balcones del Sur ha sido el día a día de muchas injusticias”.
Narra que un día, de buenas a primeras y por designio de un líder antorchista, llegaron a su casa y encontraron muebles extraños que resultaron de otra persona desconocida. Se trataba de un agremiado, al que la agrupación del fuego, sin un litigio de por medio, le dio potestad sobre su vivienda.
El joven, estudiante de derecho de la BUAP, asegura que todas las víctimas que hay de Antorcha han sido despojadas no sólo de su tranquilidad, sino que también han “sido despojadas de bienes, secuestradas de la libertad”, en una zona en la que se cobran pisos para proteger a comerciantes, proteger ventas del comercio informal y a quienes, pese al ataque, se les protege.
“Sé que hay más casos, pero que por temor no denuncian; por temor quedan impunes; no voy a ser el primero ni el único que va a sacar a relucir expedientes ni casos de estos”.
La familia promovió el expediente 255-2020 como parte de un juicio reivindicatorio, pero las sentencias son imposibles de aplicar por la ley de los antorchistas.
“Aunque tengamos sentencias ejecutorias, aunque la Fiscalía determine que se debe mandar a prisión a una persona, en los juzgados la misma Antorcha te manda 20 o 30 personas, te las manda para que no realices tu ejecución y ¿qué pasa?, en la Fiscalía te sobreseen”.
Edel denuncia que Antorcha los sacó a golpes de su propiedad: “a mi padre lo golpearon en los testículos, a mi madre la golpearon y jalonearon, y mis hermanas atemorizadas huyeron”.
En su modus operandi, Antorcha invalida escrituras, procedimientos legales y toma todo por la fuerza, incluso a costa de la policía, que se porta tímida frente a la agrupación.
“Antorcha dice que ayuda a los pobres, pero… ¿cómo ayudan? A costa de poder quitarles los inmuebles a otras personas, a costa de amedrentarlos con quitarles su trabajo, con no dejarlos trabajar; eso duele”.
Buscaron el diálogo con Soraya Córdova, con Lluvia Sánchez y con Juan Manuel Celis, pero la agrupación respondió con amenazas de muerte, actos intimidatorios y la ausencia total del Estado.
“Levanto la voz porque no tengo temor, porque basta de que el miedo nos consuma; basta que se queden impunes los casos donde Antorcha Campesina secuestra nuestra libertad y no sólo creando predios, creando asentamientos irregulares y cobrando cuotas inexistentes”.