A tres años de que se verifique un nuevo proceso electoral federal, ha dado inicio la serie de especulaciones tempraneras sobre la sucesión presidencial. Y a los que nos dedicamos a medir la opinión pública, en cuanto a preferencias partidistas y a precandidatos, no nos queda más remedio que empezar a hacer proyecciones demoscópicas sobre futuros escenarios.

El análisis debe partir de lo que hoy existe.

El presidente Andrés Manuel López Obrador llega a la mitad de su gestión formal, aprobado en lo general. No cuenta con aprobaciones del 80% como cuando inició su gobierno y las expectativas eran demasiado altas, pero sigue contando con más de 60’s% en todo el país.

Y si hoy fueran las elecciones presidenciales, es casi seguro que MORENA ganaría, pues el arrastre del presidente le sigue beneficiando a quien fuera su candidato (a). Por mucho menos que en 2018, pero el abanderado (a) de MORENA sí podría ganar la elección… si hoy fueran esos comicios. Pero faltan tres años.

De los precandidatos de MORENA.

Creo que en la recta final se colocarán tres aspirantes claramente. Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, en ese orden.

¿Pero Ebrard y Monreal se quedarían conformes si ellos no fueran el candidato? Muy probablemente no. Quizás Ebrard se iría al PVEM y hasta quizás podría encabezar una mega alianza de PAN-PRI-PRD-PVEM y hasta MC y algún chiquito que tenga registro federal para entonces (con la figura de candidatura común). Lo mismo ocurriría con Ricardo Monreal, quien probablemente fuera cobijado por MC.

¿Ganaría MORENA en un escenario tan complicado? (una mega alianza contra Claudia Sheinbaum). Quién sabe. Un bloque opositor de ese tamaño con un muy buen candidato “simbólico contra la imposición de AMLO” (Ebrard) sí que haría tambalear las probabilidades de MORENA con una candidata no tan buena como Sheinbaum.

El problema es que la oposición a MORENA hoy está desarticulada, desprestigiada y no genera tanta simpatía electoral, salvo algunos reductos locales donde los gobiernos de MORENA han decepcionado. Porque en el PAN hoy solo anda por ahí el indiciado por corrupción Ricardo Anaya, el capaz pero poco conocido gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, o una gris Margarita Zavala. En el PRI, menos; ahí solo tiene proyección nacional el dirigente “Alito” Moreno (más desprestigiado dentro del PRI que fuera) y quizás el gobernador de Edomex, Alfredo del Mazo, o el de Oaxaca, Alejandro Murat. Pero difícilmente en el PAN aceptarían a alguno de ellos para ser candidato de una alianza.

Esto es lo que hay al momento actual. En resumen: MORENA gana casi con cualquier candidato si en la oposición solo se articula una alianza PRIANRD con un candidato no tan fuerte. MORENA puede perder (solo es probabilidad) si se da una mega alianza de TODOS los partidos contra una imposición de AMLO. Eso sí, si MORENA pierde en 2024 desparece como partido y el entonces expresidente AMLO se va a La Chingada (su rancho en Palenque, Chiapas). De otra forma, creo que se queda. En el BEAP, S.C. todo lo iremos midiendo.

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