La dilación y chicanas de los funcionarios de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) del estado de Puebla son sistemáticos. No es poco frecuente que quien espera por años la justicia laboral deba tramitar amparos para que la burocracia local haga su trabajo, como consta en múltiples asuntos qu ahí se desahogan.
El caso del Sindicato de Mondelez es sintomático y evidente cuando buscan favorecer al símbolo del charrismo que representa René Sánchez Juárez. Deja ver la punta de un enorme iceberg de corrupción, irregularidades y componendas en esa institución que debiera ser garante de los derechos laborales.
El presidente de la JLCA, Mario Arturo Daza Buendía, es un viejo amigo de parrandas del menguado dirigente de la FROC-Conlabor, que con los años se ha convertido en una organización testimonial, sin la representación de sus años de esplendor con su padre, el desaparecido Constantino Sánchez Romano, quien por décadas alimentó corporativamente al PRI.
Esos son tiempos idos. Hoy Sánchez Juárez ha perdido representación formal, como el caso de las Universidades Tecnológicas -que está en su proceso jurídico- y liderazgo real en al menos 10 gremios más.
El caso de Mondelez es el más representativo y va en la ruta de convertirse en la tumba de la testimonial agrupación. De ahí que René con Daza, han echado a andar la anquilosada y oxidada maquinaria charrista contra el dirigente del gremio de esa empresa, conocida antes como Chiclets Adams, Ramiro Vázquez López.
Mientras cientos de casos se acumulan en los empolvados archiveros, contrastó la prontitud que delata un descarado favoritismo: la JLCA se apresuró a desconocerlo como dirigente, pero en la notificación que se emitió, los funcionarios que apoyan al dirigente cometieron un gravísimo error procesal: faltó la firma de la secretaria, Cristina Contreras Castro.
Terminaron emitiendo un documento sin validez oficial y espurio ante cualquier instancia, en el litigio en el que René ha colocado a su hermano, Jaime como supuesto competidor por el liderazgo sindical, aunque nadie lo conoce en la empresa ni la parte patronal.
El tema de Mondelez seguirá y la Junta seguramente, en colusión con la FROC a Ramiro Vázquez, pero una vez las instancias federales intervengan, se prevé que “ahora sí llegue la justicia”.
Este no es el único problema que tiene la Junta, bajo la presidencia de Daza. Hay denuncias de abusos laborales y acoso. Los empleados que se han contagiado de COVID han tenido que pagar sus propias pruebas; hay una molestia porque ha sido en las áreas de atención al público.
Sin pago extra, Daza los hace trabajar sábados y domingos, porque “la reforma laboral está cerca” y hay empleados “meritorios” que se han enfermado en la pandemia, sin recibir apoyos.
Denuncian que “no hay medidas de salud y por esto debieron cerrar las oficinas de las juntas 2 y 3”, además de que “hay favoritismo con actuarios que ponen en lugares privilegiados y con una carga muy ligera de trabajo”, acusan trabajadores.
Otro tema que también ha llamado la atención y que delata los estertores del charrismo de Sánchez Juárez es el presunto apoyo que ha recibido de Protección Civil, del gobierno de Claudia Rivera Vivanco, para atacar empresas y generarles multas. Por cierto, sin mucho éxito.
Un último dato: la amistad de Daza y René se forjó al calor y cobijo del abogado polémico Carlos Meza Viveros, pues el primero fue empleado de éste en su bufet que extiende influencias en diversas áreas gubernamentales. Cosas que tiene la vida.
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado