Rosalba M., entregó 25 mil pesos al equipo de operación política de la secretaria de Bienestar, Lizeth Sánchez, cuyo monto sería destinado para la “liquidación de vivienda” el 23 de diciembre de 2019.
Está por terminar el periodo de gobierno municipal al que pertenece esta mujer y el dinero no ha sido devuelto, como tampoco se ha visto ningún avance en el rubro de vivienda, como establece este documento.
Los números son apenas un asomo del manejo descomunal de dinero público y privado en la era de la 4T en Puebla y evidencia el uso faccioso de programas con tintes políticos.
El documento en poder del columnista ostenta el sello del Partido del Trabajo, en el que Sánchez milita y que le permitió ocupar una de las carteras más codiciadas entre la clase política.
Permite además observar dos pruebas documentales del uso discrecional de los recursos: fue pago en efectivo y recibido por una ayudante de la titular de Bienestar, Karina Torres Suárez.
De acuerdo con información obtenida vía transparencia los recursos obtenidos mediante un esquema tripartita entre la Secretaría de Bienestar-Congregación María Trinitaria-Ayuntamientos superó los 42 millones de pesos, monto que las administraciones municipales que terminan en una semana más están a punto de perder.
Entre los gobiernos municipales que más dinero invirtieron para recibir beneficios a través del Programa Alianza Felicidad están Tlacotepec de Benito Juárez con casi 4 millones de pesos; Tecamachalco, 4 millones 600 mil pesos; San Pedro Yoleixtlahuaca, 4 millones; Huauchinango, un poco más de tres millones; y Tlachichuca, 2 millones 865 mil pesos.
Un audio que llegó al columnista permite advertir que lo que parece una trama urdida para el manejo irregular del dinero aportado por los ayuntamientos, no es del todo desconocida para la titular de Bienestar.
Responde Liz Sánchez, la petista y funcionaria, a la operadora que tiene en el distrito de San Martín Texmelucan, Karina Torres al conocer el reclamo por el dinero perdido: “hija… oye, si ella fue una de las personas que ya no llegó el programa (sic), puede pedir su regreso de dinero eh, porque se les ha estado regresando a la gente porque se nos ha acercado con la empresa, nosotros ayúdanos ahí a hacer la gestión” dice notoriamente contrariada.
Cuando se refiere a “la empresa” se trata de la firma Construcciones y Aplicaciones Gresajo SA de CV, responsable de entregar los paquetes de vivienda.
La Congregación María Trinitaria es además una figura de asistencia privada “no lucrativa de asistencia social, sin fines olímpicos o religiosos” que ha trabajado en otros estados del país de la mano del PT.
Ante la turbulencia que está por desatarse por el incumplimiento de los principios del Programa Alianza Felicidad, la Congregación María Trinitaria decidió marcar distancia y de manera unilateral.
Estarce que “no participó en programa alguno para la construcción o entrega de recámaras adicionales o viviendas, por lo tanto, se deslinda de cualquier irregularidad al respecto”.
El botín está en sus manos, pero Liz Sánchez, la peteista que llegó con estrella, tiene los días contados.
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado