Faltaron quienes no deberían estar y participaron todos los que son. Era la matanza del chivo, un rito ancestral sobre el que aún discuten historiadores, académicos y conocedores.

La ceremonia de inicio del ancestral rito del exquisito mole de caderas, en Tehuacán, se convirtió en la más plural expresión de la riqueza culinaria de Puebla, en la era de la #4T.

Personajes y representantes de instituciones que no se habían visto en un mismo recinto, la Hacienda la Carlota en las afueras de la ciudad, como la rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Lilia Cedillo; o el edil de la capital, Eduardo Rivera Pérez, y su esposa Liliana Ortiz, junto al presidente anfitrión, Pedro Tepole.

Los tres actores de la vida pública son sucesores de quienes hace apenas unas semanas habían abierto frentes de batalla contra quien presidía la mesa principal, el gobernador Miguel Barbosa Huerta flanqueado por su esposa, Rosario Orozco Caballero.

Cedillo lo es de Alfonso Esparza Ortiz, sumido en un escándalo de grandes proporciones; Rivera Pérez de Claudia Rivera Vivanco, una morenista de difícil conducta a quien la sociedad capitalina castigó en las urnas en junio pasado; y Tepole, un dicharachero edil que ahora ocupa la oficina de quien duerme a la sombra, acusado de diversos delitos como Felipe Patjane, el exedil que se llegó a definir como el hijo político del gobernador.

La convocatoria fue tan amplía que hubo lugares para un Eduardo Alcántara Montiel, coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional en el Congreso y arquitecto de los puentes de comunicación entre Genoveva Huerta y el propio mandatario, apenas terminada la contienda política.

Alcántara Montiel tuvo la cortesía de enviar una copia del crítico discurso respecto de la 4T que pronunció en la Cámara de Diputados el Ejecutivo, como sucede entre quienes poseen mayor oficio. Y ahí estuvo con Jorge Estefan y Fernando Morales, el primero coordinador del grupo legislativo del PRI, y el segundo del de Movimiento Ciudadano.

La senadora de la República, Nadia Navarro, también participó del agasajo del mole de caderas, pero no Alejandro Armenta Mier, presidente de la Comisión de Hacienda, que por estos días participa de la Cumbre Mundial por el Cambio Climático que se celebra en Glasgow.

El pastor Francisco Fraile, exsenador de la República y excandidato del PAN, también se dio la oportunidad del baño de pueblo, bailó la danza del chivo y luego fue de mesa en mesa de buen talante.

Futurismo también hubo, tan abundante como las viandas servidas para unos 500 comensales venidos de diversos puntos, como el edil de Teziutlán, Carlos Peredo Grau.

El expresidente del Congreso, Gabriel Biestro, entre las integrantes del gabinete, como la de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral; o la directora del SEDIF, Leonor Vargas Gallegos, levantó cejas y celos, como sucede con propios y extraños.

Un experimentado periodista deslizó en voz baja: “lo que es la vida, Biestro podría haber ocupado aquel lugar”, al señalar el asiento dispuesto a dos metros por el nuevo aliado del gobernador, Eduardo Rivera Pérez, que la mañana de miércoles anunció trabajo coordinado con el estado para reducir índices de contagio de Covid-19, como no sucedió en el pasado reciente.

 

@FerMaldonadoMX

Parabólica.MX escribe Fernando Maldonado