“Lo que no suena lógico, suena metálico”, dice el refrán al que no se le puede restar sentido común hasta que aparecen expedientes en la vida pública que tienen un interés ulterior.

Como títere de la trama está el exedil y dirigente del PAN municipal en Tecamachalco, Inés Saturnino López Ponce, el probado violentador de mujeres y adicto a la causa de Genoveva Huerta Villegas, la aspirante reeleccionista a la dirigencia estatal de ese partido.

No tiene otra explicación lógica que Huerta Villegas haya operado para bajar de la contienda en el municipio, en el que los Mier han instalado su feudo, para evitar que Inés Saturnino compitiera por la presidencia con un acuerdo firmado en la mesa, del que después se desistió el potencial competidor para irse a otra franquicia, desde donde restó votos al blanquiazul en la jornada del 6 de junio, y así dejar pasar con relativa comodidad a quien ahora ocupa ese cargo, el vástago del coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco.

Esa hipótesis se fortalece aún más con los encuentros pactados (en política las coincidencias son inexistentes) en la Cámara de Diputados entre la propia Genoveva, el jefe del grupo y aspirante a la candidatura a gobernador por Morena y el coordinador de la bancada panista en el Congreso local, Eduardo Alcántara Montiel.

No es un asunto menor, porque todos los caminos parecen conducir a los Mier en la conformación de esta alianza política, entre la aspirante a dirigir a Acción Nacional y quien ocupa todo en la agenda para convertirse en competidor en la Constitucional de 2024.

Los vasos comunicantes entre la heredera del PAN tras la desaparición del matrimonio Rafael Moreno Valle-Martha Erika Alonso Hidalgo y esa ala de Morena también corren por otros caminos que colindan en el terreno personal y el afecto genuino.

Uno de los promotores más decididos, según se ha revelado a sí mismo, es el exdirigente del Congreso, el panista Jorge Aguilar Chedraui, quien guarda compadrazgo con el expresidente del PRI en los tiempos en que Enrique Doger fue candidato al gobierno de Puebla por el partido de “Alito” Moreno, Javier Casique.

Quien conoce la relación que existe ente Casique, Doger y el propio Mier podrá concluir que no será necesario que el exabanderado priista en 2018 se afilie a Morena, pues con esas alianzas podrá tener un pie en la campaña de 2024.

La otra lectura obligada es que desde que comenzaron los desencuentros entre los grupos de Genoveva Huerta y del presidente municipal, Eduardo Rivera, la panista preferirá poner su resto en otra opción que no sea el edil capitalino.

Y en el fondo de la gran carpa albiazul en la que se ha convertido la elección interna del panismo, este domingo 14, un personaje que ha sido todo, menos un eficaz candidato a algún puesto de elección popular: Pablo Rodríguez Regordosa.

El exsecretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico en tiempos en que se edificó la Ciudad Modelo de Audi, en San José Chiapa, se mantiene actuante para abonar en el proyecto de Genoveva Huerta, la candidata oficial que tiene alrededor más relaciones tóxicas que nadie.

 

@FerMaldonadoMX

parabolica.mx por Fernando Maldonado