La secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, se perdió de degustar unos molotes de excepción que se sirven todas las noches a unos pasos de la que sería su oficina, en el Centro Histórico de Puebla, frente al Teatro de la Ciudad.

No sólo de ese platillo de la gastronomía poblana sino de otros atractivos para el paladar o artesanales del Centro Histórico. Todo se lo perdió.

Y es que esa posibilidad parece cada vez más lejana debido a dos principales causas: el calendario electoral que inexorablemente parece llamarla otra vez alas urnas y el desvanecimiento del anuncio por mudar de la capital del país a las Secretarías de Estado.

El próximo domingo arrancan las campañas en seis entidades del país. Habrá renovación de gobernadores en Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo; el 10 de abril de Consulta Popular para la revocación de mandato y el próximo año, la elección en el Estado de México, la tierra de Gómez Alvarez.

Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la idea de descentralizar al gobierno federal, el aparato educativo, dijo, sería trasladado. Puebla recibiría Educación por el clúster educativo con el cuenta y el mismo criterio aplicaría con Cultura en Tlaxcala; Marina a Veracruz y Trismo a Quintana Roo, entre otras.

Nada de eso ha sucedido por la complejidad logística y legal de mover a un aparato burocrático federal aún incuantificable, con cientos de miles de trabajadores a diversas entidades del país que debió haber observado derechos laborales y consensuar con sindicatos. La Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado ya había fijado postura en contrario, por ejemplo.

Pero en el discurso, la propuesta sonaban bastante bien ante la imperiosa necesidad de restar presiones a una sociedad chilanga colapsada por la densidad demográfica que hace de la CDMX una de las tres ciudades más habitadas en el mundo.

Todo estaba dispuesto para alojar a la titular de Educación y su equipo de trabajo en consonancia con el anuncio presidencial.

El edificio histórico que la rapacidad del morenovallismo puso a la venta tras haber sido la casa de la Jurisdicción Sanitaria No. 1, en la 4 Oriente, entre 4 y 6 Norte ya estaba dispuesta, ahí despacharía la maestra Delfina Gómez.

No sería en Ciudad de Modelo por el rumbo de San José Chiapa, tampoco en el municipio de Huejotzingo y menos la zona del Tecnológico de Puebla en la capital, en donde se había planteado hace meses y que había abierta la oportunidad para que un funcionario del pasado como Darío Carmona pretendiera adherirse a la 4T con mala fortuna.

Todo apunta a que Gómez Alvarez se encamina a una segunda campaña por el Estado de México. Antes deberá solventar las acusaciones por el cobro de cuotas cuando fue edil de Texcoco, pero esa sola razón la ancla a la capital del país centro de la toma de decisiones y a tiro de piedra de Toluca, epicentro de la vida política mexiquense.

La titular de Educación cambió un buen hueso político por un estupendo molote. Allá ella.

 

@FerMaldonadoMX

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado