Mucho se ha hablado y publicado sobre la situación actual real del presidente Andrés Manuel López Obrador en cuanto a su aprobación o desaprobación social en todo el país. Y aun cuando las mediciones demoscópicas varían un poco y en distintas zonas son un poco distintas las cifras, la verdad es que, en general, está aprobado por la mayoría de los mexicanos. No con los porcentajes del inicio de su mandato, pero sí es mayoritaria la población que aprueba la forma que está trabajando (más de 60%).

Y eso se refleja siempre también en las preferencias partidistas en general. Todas las mediciones: Si hoy fueran las elecciones, Morena ganaría la elección presidencial de 2024. No por una diferencia de 30 puntos sobre su más cercano competidor, pero sí por más de 10 puntos.

Pero como siempre he dicho, hoy no son las elecciones. Faltan dos años y medio. Y para que haya verdaderas tendencias o preferencias partidistas, tendrán que pasar muchas cosas de aquí a junio de 2024.

De entrada hay 4 importantes aduanas para Morena-AMLO (y quien sea su candidato presidencial).

La primera ocurrirá exactamente en una semana. La Consulta para Revocación de Mandato. No hay demasiado interés y seguramente no saldrán a votar 40 millones de mexicanos, para que tenga “efectos vinculatorios”. Si no salen unos 12 o 15 millones puede ser un fracaso. De la contundencia de las cifras será el grado de efectividad de la maquinaria electoral de Morena, sus aliados, gobernadores y alcaldes para 2024.

La segunda gran aduana será la aprobación o desaprobación de la Reforma Eléctrica que promueve el presidente. Necesita de los votos de poco más de 50 diputados que no sean de su coalición. Seguramente provendrían del PRI, y si apoya la reforma, será la señal inequívoca de que ya pactó a cambio seguramente de que se “le deje” ganar la elección para gobernador en el estado de Hidalgo.

La tercera gran aduana son las elecciones para gobernador de este año. Si las tendencias se confirman y ganan 4 de 6 estados (Oaxaca, Q.R., Durango y Tamaulipas) y solo pierde Aguascalientes e Hidalgo, el presidente y su partido llegarán muy fortalecidos con más de 20 estados en su poder.

La última será las elecciones de 2023, en Estado de México y Coahuila. Si la supuesta negociación con el PRI seguiría, éste ganaría seguramente Coahuila, aunque probablemente tenga que soltar Estado de México. Todo depende de las negociaciones de este año: Si el PRI apoya la reforma eléctrica, le dejan Hidalgo y Coahuila.

No se necesita ser sabio o brujo para saber que todos estos escenarios sí se están negociando en las más altas esferas. Sólo habrá que esperar para ver cuáles de ellos se confirman. Teoría de Juegos, le llaman. Estaremos atentos a cada tablero, en su momento específico.

 

 

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