Por Ricardo Morales Sánchez

 

Un operador de primer nivel enviado desde la Ciudad de México, directamente por Manlio Fabio Beltrones para mantenerlo al tanto de lo que pasa en Puebla, entregó el siguiente diagnóstico a su jefe, luego del primer mes de campaña de la candidata del PRI a la gubernatura, Blanca Alcalá.

“Si no nos arrasan en Puebla capital, podemos ganar”, esa fue la conclusión del operador político, mismo que tiene amplia experiencia en múltiples batallas por todo el país.

El informe se centra, según este operador, en “el excelente trabajo” que los priistas han hecho al interior del estado y que mantiene prácticamente a su base íntegra y dispuesta a ir a votar el 5 de junio.

De acuerdo con el reporte, la inconformidad en contra del gobernador Moreno Valle es de tal magnitud que el interior del estado le dará a Blanca Alcalá al menos, calcula este operador, entre 700 y hasta 800 mil votos verdes.

El único temor es que la capital no ha respondido de la misma forma que al interior del estado, paradójicamente la ciudad capital, la cual gobernó Alcalá del 2008 al 2011, se ha convertido en un bastión azul y lo que se tiene que buscar a toda costa es evitar que la candidata se colapse en toda la zona metropolitana.

La estimación es que al menos Blanca pueda obtener entre 150 o 170 mil votos que, sumados a los 700 mil que le pueda dar el interior, sumen alrededor de 870 mil sufragios, suficientes para cerrar o poder ganar la elección.

La capital es la clave, reiteró una y otra vez este operador, quien llegó a Insurgentes Norte con sus fólderes bajo el brazo y quien, perdón la insistencia, no le reporta más que a Manlio Fabio Beltrones.

Para el priismo, aunque está abajo en las encuestas, Puebla no está perdida y la luz de esperanza es hacer un papel digno en la capital para superar a la estructura morenovallista en el interior del estado, ¿podrán?

 

La estrategia para el debate

Ya se supo que tal y como la adelantara el director del portal Puebla On Line y columnista, Arturo Luna Silva, las tres aspirantes a Casa Puebla, Roxana Luna del PRD, Blanca Alcalá, del PRI y la candidata independiente, Ana Teresa Aranda, se preparan para ir al debate y trabajar de manera conjunta (nado sincronizado) en contra de quien encabeza las preferencias, el candidato de Acción Nacional, Antonio Gali.

Se dice que el plan es simple pero muy bueno, aprovechando la rigidez de las reglas que impuso el Instituto Electoral del Estado para el debate, las tres aspirantes acordaron retirarse del evento, si a alguna de ellas se les limita en el uso del micrófono.

Trascendió que las tres están a la espera de que la moderadora, que será la talentosa Vicky Fuentes, conductora del noticiero estelar de Organización Radio Oro, le haga un llamado al orden a alguna de ellas para reventar el evento y retirarse, dejando solo a Gali y el candidato de Morena, Abraham Quiroz.

Por supuesto, a la salida del acto alegarán que no hay condiciones, que esta es una muestra más de la inequidad que prevalece en el proceso y que por eso decidieron retirarse del evento.

La estrategia no es mala, está muy bien pensada, sobre todo porque mediáticamente logrará captar la atención de medios nacionales como Reforma y La Jornada, enemigos naturales del morenovallismo, de este modo el encuentro entre los candidatos pasará a segundo término y lo que resaltará será el hecho de que las tres candidatas decidieron ausentarse del escenario, nada mal.

El hecho es que si no puedes ganar, sí puedes ensuciar y todo va en esa vertiente, en hacer hasta lo imposible por lograr que el proceso electoral se judicialice y entonces se anule el proceso o se pueda ganar en la mesa.

Los estrategas del tricolor tienen muy claro que si no es por las buenas, entonces puede ser por las malas y qué mejor escenario que el debate para tratar de dinamitar la candidatura de Gali, cueste, lo que cueste.

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