Es claro que la directriz, en el sentido comercial, de la industria tecnológica, la dicta el usuario final a partir de una lógica de uso masificador y con la tecnología 5G, las grandes empresas de telecomunicaciones aún no logran convencer al consumidor de adoptar un nuevo sistema de comunicación móvil.
Hace tres años, AT&T, T.Mobile y Verizon introdujeron los primeros servicios móviles 5G a Estados Unidos, prometiendo una velocidad de conexión diez veces mayor que la tecnología antecesora y, con esto, abrir un umbral de una nueva era digital de la hiperconexión ubicua.
Sin embargo, ni los 100 mil millones de dólares invertidos en frecuencias de radio 5G ni la actualización de redes ha logrado, en primera instancia, el retorno de inversión; y en segundo momento, que el usuario final sea endulzado por las mieles de la velocidad de transferencia de datos. Por el contrario, la llegada de la tecnología pasó desapercibida para el consumidor y las garantías de conexión.
Esto sin mencionar que recientemente las aerolíneas se quejaron de que algunas frecuencias pueden interferir con sus radares y poner en riesgo la seguridad aérea. Además de las ideas terraplanistas que se difunden en internet sobre ser una fuente de radiación dañina y propagadora del coronavirus.
Aunque la mayor crítica radica en el incumplimiento de su funcionalidad plena, pues no cabe duda que para satisfacer la creciente demanda de consumo de servicios de streaming de video en alta definición, es necesario mayor velocidad y capacidad de 5G, y la clave esté en el tiempo de respuesta inmediato a la red (baja latencia). A veces invisible para el consumidor final, otras veces muy notorio como en los casos de torneos de videojuegos, webinars educativos o académicos, etc.
Posiblemente las grandes empresas tecnológicas hayan alcanzado y rebasado desarrollo de aplicaciones que superan a los operadores inalámbricos. Por otro lado, una razón más para pensar en la muerte de la 5G es que los operadores han comenzado a regalar teléfonos con 5G para ayudar en el proceso de conversión.
Si bien todavía se anuncian nuevas asociaciones y proyectos de planificación para la 5G, e incluso ejecutivos apuestan su confianza en desarrollar un papel de infraestructura tecnológica de la información del futuro, lo cierto es que empresas como Facebook, Uber y Netflix sacaron provecho en términos de conectividad con la tecnología 4G.
Por ahora, se han gastado 118 mil 40 millones de dólares en subastas de ondas 5G, el doble de los 61 mil 80 millones que pagaron por el espectro de la 4G.
Ecosistema Digital
Carlos Miguel Ramos Linares
@cm_ramoslinares