Aunque Morena esté hoy a la cabeza de preferencias en la mayoría de zonas del país, lo que ocurra en los próximos dos años en el ámbito económico y en materia de seguridad pública influirán en la conducta del voto en el proceso electorales 2024.

El primer problema que los ciudadanos denuncian como irresuelto por las autoridades locales, estatales y nacional es la inseguridad que aqueja a todo el país. Con menciones superiores al 50 por ciento y hasta 70 y 80 por ciento, los electores señalan todas las formas de inseguridad: robo de transeúnte y autopartes, asaltos a negocios, casa-habitación y transporte público; narcomenudeo, huachicoleo y últimamente hasta asesinatos y secuestros.

La gente evaluará seriamente su voto en el próximo proceso electoral, tomando en cuenta cómo estén las cosas en materia de seguridad para 2024. Habrá voto de castigo para gobiernos que simplemente no hayan funcionado. En entornos locales la gente evalúa (y castiga) de manera contundente a sus alcaldes o gobernadores.

Y uno de los motivos que ha provocado que la delincuencia crezca, es la propia crisis económica post-pandemia.

Millones se quedaron sin fuentes de trabajo. Y cuando empezaba a reactivarse la economía mundial por la baja de contagios Covid-19, vino la guerra de Rusia vs. Ucrania y disparó índices inflacionarios en todo el mundo por el aumento del precio del petróleo, además de escasez de granos y materias primas a lo largo y ancho del planeta. La tormenta perfecta, pues.

Una situación económica débil, con desempleo e inflación rampantes necesariamente provocan aumento en la delincuencia. Las remesas de paisanos en USA, y la economía informal alivian bastante los ingresos familiares en cientos de municipios en todo el país, pero son insuficientes y millones de jóvenes no ven otra salida para solucionar sus afanes consumistas (generalizadas en redes y medios) que dedicarse a “algo que sí deje” y se vuelven asaltantes, ladrones de autopartes, huachicoleros, narcomenudistas y desgraciadamente, sicarios y secuestradores, controlados por los grandes cárteles de la delincuencia organizada.

¿A dónde va a parar esta espiral de crisis económica-inseguridad, preámbulo del siguiente proceso electoral?

Necesariamente, en que los ciudadanos que sí trabajan honradamente (que aún somos mayoría en este país) evalúen con dureza a los actuales gobiernos (del partido que sea) y castiguen a los partidos de los cuales provienen aunque tres años después vuelvan a querer cambio y alternancia. No hay nada más seguro que voto de castigo en época de bajos ingresos en los bolsillos de los mexicanos.

Ese es el verdadero ciclo del votante mexicano. Lo estamos midiendo en estos momentos.

 

Al Pie de la Letra

Rodolfo Rivera