Hacienda, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Nacional Financiera (Nafin) anunciaron un proyecto de financiamiento dirigido a empresas –y complementado con incentivos fiscales– para la atracción de la inversión en el sur-sureste del país en el contexto de la relocalización de las cadenas globales de valor, tendencia conocida como nearshoring.

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Especialistas coincidieron en que, aunque se trata de una buena intención para potenciar el dinamismo de la actividad económica en la región, también se requiere de un plan integral de desarrollo mediante el cual se fortalezcan las áreas de seguridad, educación e infraestructura.

Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, explicó que se cuenta con una línea de crédito inicial otorgada por el BID de 200 millones de dólares, y tres millones de dólares de recursos no reembolsables.

Los recursos a los que podrán acceder las empresas que decidan instalarse en la zona se podrán obtener a través de la banca de desarrollo, precisó.

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Aunado al esquema de financimiento también se contempla la implementación de programas de capacitación al capital humano con el objetivo de atender la demanda de talento de las empresas que decidan instalarse en la región.

Asimismo, se prevé aprovechar los trabajos de análisis desarrollados por el BID y la Secretaría de Economía para identificar los sectores que tienen vocación productiva en la región.

El subsecretario agregó que se diseñó un paquete de estímulos fiscales en las actividades comerciales y en los impuestos sobre la renta (ISR) y el valor agregado (IVA) con el objetivo de incentivar que las empresas desplieguen actividades productivas al interior de los 10 polos de desarrollo que se instalarán en el Istmo a
partir de 2023.

En la presentación del proyecto, los representantes del Gobierno expusieron que la predilección por la región sur-sureste se atribuye a que en administraciones pasadas no fue favorecida, lo que generó inequidad en el desarrollo del país.

Datos del Coneval refieren que las entidades federativas con mayor porcentaje de población en situación de pobreza extrema se ubican en el sur-sureste del país: Chiapas (29%), Guerrero (25.5%) y Oaxaca (20.6%).

Richard Martínez, vicepresidente de países del BID, destacó la gran ventaja que tiene México en la relocalización de las cadenas globales de valor por encima de otras economías de la región, dada la “elevada sofisticación industrial de México, su ubicación geográfica, su diversidad cultural, talento humano e incomparable riqueza en recursos naturales”.

“México ha demostrado su capacidad para incorporarse de manera efectiva en las cadenas globales de valor en sectores como el automotriz, aeroespacial, de dispositivos médicos o electrónica, entre los principales”, ejemplificó.

Uno de los principales sectores en los que destaca México es en el automotriz, pues a nivel global se posiciona como el quinto exportador de vehículos ligeros y el séptimo fabricante de automotores, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

José Antonio Salazar, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, planteó que dado que la región que se busca favorecer es de baja escolaridad y alta vocación agrícola, será difícil para las empresas reclutar talento en la zona, pues
una capacitación no sería suficiente.

Artemisa Montes, especialista en Economía de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, añadió que las empresas se instalan en determinadas regiones por el mercado, es decir, “aunque tengan un crédito, facilidades, exenciones fiscales, pero si no encuentra un mercado simplemente no se van a instalar”.

Indicó que todavía se tendrían que evaluar las condiciones de los financiamiento, porque “si las tasas de interés que se van dar son fijas, puede ser interesante, pero si es una tasa variable y con lo que estamos viendo con los crecimiento de las tasas de interés en México y en el mundo, eso pone a las empresas a pensarlo
dos veces para determinar si es el momento de adquirir más deuda”, agregó.

LEG

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