La venganza es un plato que se come frío, dice el lugar común. Ese debe ser el sueño de quien consume sustancias prohibidas, mezcladas con mala entraña, o anhelos enfermizos de un pasado que se fue.
Se trata del ex secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, recién liberado tras enfrentar dos procesos penales, uno federal y otro del fueron común, y su promotor, Angel Trauwitz Echeguren, ex funcionario panista.
Ya se lamen los bigotes estos dos emisarios del pasado que antes habían planeado un “vamos a partirle la madre a Barbosa”, documentado en esta columna en mayo de 2021 (https://www.parabolica.mx/2021/columnas/parabolica/item/4297-el-desquite-del-pasado), para pasar al “vamos a partirle la madre a estos culeros”.
Nadie lo filtró al autor de la Parabólica. Fiel a su estilo, Trauwitz Echeguren escribió a través de WhatsApp al teléfono del reportero capturas de pantalla de una conversación con el propio ex mando policiaco en Puebla.
Es el mismo que se ha complacido en promover en diversos medios las publicaciones del propio Facundo Rosas, que ha sido recibido por los menos en dos sitios de noticias, en periodicocentral.mx y luego en e-consulta.com.
No es la primera vez que el morenovallista manda mensajes intimidatorios y amenazantes a través del servicio de mensajería, que han sido desestimados por tratarse de quien los escribe.
El talante con el que son enviados revela una condición anómala que debería ser tratada por un especialista de la salud metal, y ahí radica que hayan sido ignorados por meses.
Sin embargo es la primera vez que revela la existencia de una probable trama con quien al amparo de su conducta policial, relaciones de poder y capacidad logística, ha sido evidenciado como un infractor que suele pagar cada vez que una vida se pierde.
Ocurrió hace ocho años en Chalchihuapan y sucedió cuando en enero pasado una mujer perdió la vida en la Ciudad de México tras ser atropellada por el propio Facundo Rosas.
Debo advertir que ante las intimidaciones sistemáticas del personaje, está en valoración acogerme, de nueva cuenta, al Programa de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas.
Al ex mando policíaco Facundo Rosas Rosas, cercano a Genaro García Luna, sobre quien podría pesar una condena de cadena perpetua en Estados Unidos por su colusión con cárteles mexicanos, se le conoce más en el territorio poblano por dos expedientes no resueltos.
El primero de ellos por la muerte de un niño que de haber conservado la vida, ahora sería un jovencito de 21 años de edad, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, caído en un ataque directo de la policía bajo su mando, en el periodo en el que Rafael Moreno Valle gobernó el territorio.
El otro, también documentado con solvencia, el de la protección que desde la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla recibieron grupos criminales dedicados al robo de combustibles de Petróleos Mexicanos, en el mismo periodo de Gobierno.
@FerMaldonadoMX