En Morena la primera aduana rumbo 2024 está saldada. La pugna entre los distintos grupos parece vivir un compas después del proceso electivo de este fin de sábado.
El pronóstico de violencia que se tenía en algunos de los distritos no se cumplió como se pudo observar en otras entidades como Veracruz y Oaxaca, por ejemplo.
El resultado final producto del cómputo final deberá confirmar el escenario previsto, a mitad de esta misma semana: el mayor número de asientos en el Consejo Estatal de Morena, determinará el nuevo rumbo.
El reacomodo de fuerzas dentro del Comité Estatal de Morena y la elección de la nueva dirigencia como producto inmediato de la elección del sábado ofrece un panorama muy diferente al que los detractores de Miguel Barbosa tenían calculado.
De la alevosía y bravuconería se pasó a la orfandad, aún y cuando es sabido que la derrota suele no tener progenitores. Es altamente probable que el periodo de duelo para perdedores apenas comience sin apenas percibirlo, porque entrarán en la fase de le negación irracional.
Es en esa tesitura deberán comenzar a moverse quienes han sido destapados para competir en la sucesión por Casa Aguayo.
Aunque parece una fecha lejana, nunca es lo suficientemente temprano para comenzar un largo y sinuoso camino en la construcción de una candidatura, más si se trata de la aspiración legítima de gobernar el estado de Puebla.
Serán unos 22 meses para concretar una carrera que el propio Miguel Barbosa comenzó en la primera semana de julio, cuando decidió, con rapidez y cálculo político, abrir el proceso.
En política todo es subjetivo, el plazo para el futuro será apenas un suspiro. De las habilidades, capacidades y estrategias de cada uno de los destapados y aspirantes dependerá que el imaginario comience a tomarlos como un referente en esta inédita carrera.
La secretaria de Economía, Olivia Salomón; los de Salud, José Antonio Martínez García; de Educación, Melitón Lozano Pérez; de Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla; y los líderes del Congreso y poder Judicial, Sergio Salomón Céspedes y Héctor Sánchez deberán comenzar a desplegar habilidades y logística.
El tiempo apremia, sobre todo por el inexistente trabajo de posicionamiento mostrado por cada uno de los nominados, incluso antes de ser nominados para competir.
La imaginación y creatividad será indispensable para comenzar ese derrotero sin ser observados por los adversarios o por la autoridad electoral.
Esas habilidades han sido toda una incógnita desde que comenzó el proceso de “destape” en la primera semana del mes de julio.
La premisa es competir con solvencia por la nominación al lado de un aventajado Alejandro Armenta Mier, el senador por Puebla que por estos días busca presidir la Mesa Directiva del Senado de la República.
A menos que cada uno de los señalados -literal- por el dedo del señor, estén dedicados desde la primera semana de julio a la constitución de sus respectivos cuartos de guerra, una constante ha sido la ausencia de estrategia.
No sólo se requiere determinación, sino inteligencia política y método, lo que no se ha podido ver.
@FerMaldonadoMX