Primero sirvió a los intereses del exejecutor de la mano dura de Rafael Moreno Valle, Eukid Castañón Herrera, interno en un penal federal en Durango desde que éste despachaba en la Secretaría de la Contraloría; luego, en la Cámara de Diputados y más tarde en el gobierno de la morenista Claudia Rivera.

Ahora se alista para tomar por asalto el Instituto Electoral del Estado, desde donde se decidirá, en buena medida, el derrotero de la sucesión.

Se trata de Edith Aranzasú Abad Bazán, quien la próxima semana deberá presentarse a la etapa de entrevistas como parte del proceso electivo de quien será consejera presidente del órgano encargado de la conducción del proceso de 2024 en Puebla.

No es la primera vez que la aspirante a presidente del árbitro compite por una responsabilidad. En 2019 lo hizo para ocupar un asiento en el estado de Oaxaca, en una convocatoria que abrió el Instituto Nacional Electoral.

En todas ha negado haber laborado con el imputado de los probables delitos de falsear información, extorsión, lavado y enriquecimiento ilícito, como consta en la transcripción de la entrevista que se le hizo en el Consejo Electoral de Oaxaca.

La consejera Dania Paola Ravel Cueva preguntó en ese 2019: “¿Usted no fue particular de un diputado local?”.

La respuesta, señaladamente tendenciosa, fue: “No, fui secretaria particular en la Contraloría del Estado por un periodo de seis meses, pero de un diputado local no”.

El semestre al que se refiere es el mismo en que el Castañón Herrera fue titular, y tan estrecha era la relación que fueron repetidas las ocasiones en que entró colgada del brazo del imputado en el recinto legislativo.

Fue directora administrativa en el Tribunal Electoral del Estado cuando un abogado electoral, obsequioso con el morenovallismo, despachó ahí: Fernando Chevalier Ruanova.

El exmagistrado presidente que luego sirvió a los intereses de un partido satélite, creación de ese régimen, que se la quiso imponer a la magistrada Norma Angélica Sandoval Sánchez. Para Chavalier Ruanova era clave que el alfil de Castañón Herrera se mantuviera en ese puesto, pero fracasó.

Regresó a la carga la consejera en Oaxaca: “En una nota periodística del año pasado -2018, año de la elección polarizante en Puebla- se dice que fue removida que ocupaba en el Tribunal. ¿Es correcto?”.

“… bueno, esa nota también la leí. No sé de qué fuente venga. Mi salida del Tribunal se dio en un contexto totalmente amistoso”, respondió otra vez.

Acorralada, Abad Bazán volvió a mentir, evadir, torcer un pasado que era público y notorio. El exconsejero electoral Marco Antonio Baños, uno de los especialistas más capacitados en materia comicial en el país, terminó por arrinconarla.

“En este perfil de LinkedIn apareces como secretaria particular de un diputado en el Congreso del Estado de Puebla, de junio de 2014 a agosto de 2015, es decir, un año tres meses. ¿Por qué no lo vi en tu ficha curricular?”.

Preguntó Baños a la oaxaqueña avecindada en el territorio poblano: “¿Y por qué no entonces participar para presidir el órgano electoral en Puebla?”.

“Porque Oaxaca es mi casa, porque Oaxaca es mi hogar y siempre he querido poder regresar”, respondió.

Luego del fracaso que encontró en su tierra natal, volvió a encontrar acomodo en el gobierno de Claudia Rivera Vivanco, de la mano del actual regidor Leobardo Rodríguez. Con ese cartel profesional, político y personal, Edith Aranzasú Abad Bazán es finalista para presidir el órgano electoral.

 

@FerMaldonadoMX