El magistrado Carlos Loranca Muñoz se dolió de una columna publicada por el reportero con relación a la liberación del gallero Jorge Aduna, actualmente sujeto a dos procesos penales y que está recluido en el Cereso de Tepexi de Rodríguez, que puede ser consultada en parabolica.mx (https://www.parabolica.mx/2021/columnas/parabolica/item/22534-adios-al-oropel-y-la-vida-loca).
Aquí el DERECHO DE RÉPLICA del aludido, en términos de las leyes vigentes de imprenta y libertad de expresión vigentes:
“El artículo reza: ‘El amparo obtenido fue tramitado por el magistrado Carlos Loranca, poderoso abogado…Eslabón de una larga cadena de componendas, estuvo a la vista (sic) durante todo ese tiempo sin pudor alguno, hasta que la Judicatura le encontró que sus bienes y riqueza no correspondían con sus honorarios como servidor público. Traficantes profesionales de influencias, favores, dinero y placeres mundados Loranca y Aduna acordaron el monto del litigio que fue pagado puntualmente, con más de seis ceros…’
“… el reportero, desde luego sin ninguna evidencia o dato de prueba, me atribuye hechos constitutivos de delitos que se deben investigar, pero a fin de preparar mi demanda civil por daño moral (…) puntualizar lo siguiente: No existe, por ser falso, que mi persona en calidad de magistrado o en cualquier otro carácter hubiera intervenido en la tramitación del juicio de amparo, mediante el cual Jorge Aduna obtuvo su libertad, primero por que ese juicio se tramitó en un Tribunal Colegiado del cual no formaba parte en su integración, y en segundo lugar porque nunca podrá existir, por ser falsa la acusación, prueba de que yo hubiese intervenido de alguna forma en la resolución de ese juicio, luego al asegurar que recibí cantidades de dinero por el “litigio”, me imputa la comisión de un delito que esta obligado a denunciar; de lo contrario comete el ilícito de encubrimiento.
“El reportero debió investigar la causa real de mi separación del cargo llevada a cabo por resolución del Consejo de la Judicatura (que dicho sea de paso se encuentra subjudice, esto es pendiente de resolverse por la Suprema Corte), pero lo que es patente, porque así constar en el texto de la citada resolución, es que nunca se determinó que se me hubiesen encontrado una riqueza inexplicable, como falsamente lo asegura el citado reportero.
“La investigación que ordenó el citado Consejo de la Judicatura se originó por falsas acusaciones periodísticas (de las que ya obran demandas civiles en los juzgados respectivos), donde se concluyó que después de una acuciosa investigación de mi actividad jurisdiccional, fui sancionado por “errores u omisiones plasmados en mis Declaraciones de Modificación Patrimonial”, estableciéndose textualmente, en esa sentencia que: ‘…no existen pruebas que revelen que los implicados hayan obtenido algún beneficio, lucro u ocasionado algún daño o perjuicio…’.
“Por tanto, evidentemente se cometen graves imputaciones sin fundamento, que resultan falsas, pero que además causan un daño moral en mi persona, por ocasionar su publicitación un menoscabo a mi honra, prestigio y dignidad humana”.
Servido.
@FerMaldonadoMX