Se trata del primer señalamiento en primera persona en contra de un ex gobernador de Puebla por su presunta participación en una trama criminal entre el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado cuya gestión fue de 1982 a 1988 y líderes de narcotráfico.
Se trata de Manuel Bartlett Díaz, el recio personaje del sistema que transitó del priismo más rancio a la Cuarta Transformación, como director de CFE, responsable de conducir la administración poblana entre 1993 y 1999.
René López, ex escolta Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo señaló al ex gobernador de Puebla de ser el mensajero que cargaba con el dinero que Rafael Caro Quintero, líder del cártel de Guadalajara, enviaba al presidente de la época.
En el tercer capítulo del documental producida por Amazon Prime Video The Last Narc (El último infiltrado) el guardaespaldas apunta directamente a Bartlett de ser el responsable de esa y otras tareas, como secretario de Gobernación.
El señalamiento no es menor porque el trabajo documental recoge los testimonios de tres testigos ex escoltas de los líder de la distribución de marihuana y cocaína de la mitad de la década de los ‘80: René López, Ramón Lira y Jorge Godoy, además del agende de la Agencia para el Control de Drogas (DEA), Héctor Berrellez, responsable de la investigación sobre el secuestro, tortura y ejecución del agente Enrique Kiki Camarena en 1985.
“Por eso fue que él se encabronó, porque ya había pagado, el decía que los derechos, cuando sembró toda esa cosecha, allá en El Búfalo, él antes de cosechar ya le había mandado su parte a Miguel de la Madrid, Manuel (Bartlett) Díaz fue a recoger el dinero, era la parte que le correspondía al Presidente, dice López sin esconder el rostro ni alterar su voz.
-¿Y cómo sabes eso?, pregunta el entrevistador.
“Porque nosotros lo vimos, estábamos ahí cuando tenían las cajas de dinero ahí. Caro Quintero estaba enfurecido”.
La trama del trabajo documental -colocado en streaming hace dos años- apunta a una acción concertada entre los gobiernos de Ronald Reagan y De la Madrid para ejecutar al agente de la DEA Kiki Camarena por los hallazgos en México, que llevaban a una trama de mayor calado.
El gobierno de los Estados Unidos utilizó dinero del narcotráfico mexicano para financiar grupos paramilitares en Centroamérica en la década de los ‘80. De eso supo Enrique Kiki Camarena, el agente infiltrado en el cártel de Guadalajara, liderado por Rafael Caro Quintero.
Los datos no son nuevos, pero ahora se fortalece aún más la hipótesis de la existencia de un acuerdo entre los principales funcionario del gobierno de Miguel de la Madrid, el nargo y la Agencia Central de Inteligencia.
Bartlett Díaz, saturan los entrevistados, participó en al menos una reunión entre los cabecillas delincuenciales de esa época, el gobernador de Jalisco, Enrique Álvarez del Castillo y otros personajes para conspirar, según cuentan los testigos protegidos en ese documental que volvió a cobrar vigencia por una razón que inquieta: la sospechosa falta de voluntad del gobierno de México para extraditar a Estados Unidos a Caro Quintero, por la información que aún posee.
@FerMaldonadoMX