La campaña de la candidata del PRI a Casa Puebla ha desperdiciado de verdad el talento de gente muy importante, cuyas carreras políticas hoy están en riesgo luego del resultado que se presente el próximo 5 de junio.

De entrada el coordinador general de la campaña, Alejandro Armenta Mier es un hombre cuyo talento da para más y ha terminado por convertirse en lo que no debe ser, un bravucón.

El talento de Armenta es organizar estructuras, distribuir funciones, ubicar puntos estratégicos en donde se deben de llevar a cabo los eventos, esa es la fuerza de Alejandro, quien conoce como pocos a las estructuras del tricolor.

A Alejandro lo metieron en el papel de rijoso, para ir y provocar, de encabezar la confrontación para medir realmente su lealtad; es cierto que el estilo de Armenta es “bronco”, es de ser realmente oposición, es el de la confrontación, tal y como lo demostró en la campaña ganadora que encabezó en Acatzingo, pero en esta ocasión, en vez de estratega lo quisieron ubicar como “porro” y eso es lo que no es precisamente el diputado federal.

Qué decir de Alberto Jiménez Merino, un hombre que por sí mismo se había construido un patrimonio político, que le permitió llegar hasta la final por la candidatura del PRI a casa Puebla.

Jiménez Merino no ha podido lucir en su trabajo ni aportar todo lo que pudiera dentro de la campaña sin candidato, porque lo han limitado al papel de “dama de compañía”, sin aprovechar el trabajo que el hombre nacido en la Mixteca poblana ya había abonado.

Al exdelegado de la Sagarpa lo tratan como arrimado dentro del equipo de Blanca Alcalá y lo miran con desdén, debido a que compitió de tú a tú con la ahora candidata, cosa que al parecer nunca le perdonaron.

Otro menospreciado es Javier López Zavala, quien una y otra vez ha dado muestras de que es el único priista en el estado con una estructura propia, misma que ha puesto a disposición de Alcalá sin regatearle nada, pese a que la exalcaldesa lo traicionó en el 2010.

Como premio por su participación, López Zavala fue despojado de la coordinación de promoción al voto para dárselo al inútil de Víctor Gabriel Chedraui. En el pecado van a llevar la penitencia.

Por si algo pudiera faltar a López Zavala, el inútil y borrachín delegado que el PRI tiene en Puebla, Rogelio Cerda, no lo baja de traidor, y ya le puso marca personal por parte de los seis senadores que el CEN mantiene en Puebla apoyando a Alcalá para tratar de demostrar al precio que sea que es un traidor y que debe de pagar las consecuencias. ¿Y así piensan ganar?

Por último, a Enrique Doger Guerrero, el delegado del IMSS en Puebla, no se cansan de hostigarlo.

El propio Cerda se ha encargado de hostigar al exrector y expresidente municipal de Puebla, tratándolo de culpar de qué no mueve a la estructura del IMSS, perdón. Acaso el regiomontano no sabe que es un delito electoral condicionar los apoyos y más de una noble institución, como lo es el Seguro Social.

Reitero: así piensan ganar con los fuereños que no saben nada de Puebla, es una lástima que se lleven consigo a una muy buena generación de talento desperdiciado.

Luego que no repartan culpas. La cúpula que rodea a Blanca ha demostrado su incapacidad y su poca experiencia para operar en el campo de batalla. Van a terminar por pagar un precio muy alto por su cerrazón y desdén.

Ojalá y de todo esto le hayan informado a Manlio Fabio Beltrones Rivera, el dirigente nacional del PRI, quien vino hacer a Puebla un soberano ridículo al afirmar que hay empate técnico entre la candidata de su partido y Tony Gali, pero sin mostrar un documento, una sola encuesta.

La verdad la campaña priista de pena, que peña, ajena.

 

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