La OCDE recortó la estimación de crecimiento de la economía mexicana en 2023 al pasar de 2.1% a 1.5%, una baja de 0.6 puntos porcentuales respecto a lo proyectado en junio pasado. En tanto, para 2022 ajustó al alza su estimado de 1.9% a 2.2%.
Las nuevas proyecciones para el desempeño del PIB en ambos años están casi en línea con las estimaciones del consenso, que anticipa un crecimiento de 2% para 2022, y de 1.2% para 2023.
El Gobierno federal tiene un estimado puntual de 2.4% para este año, con un rango que va de 1.9% a 2.9%, y para 2023 el pronóstico puntual es de 3%, con un rango de 1.2% a 3%.
Jorge Arturo Gordillo, director de análisis económico y bursátil de CIBANCO, consideró que la mejora de la proyección para 2022 está originado por un tema de estadística, más que de mejora en las condiciones económicas.
“El crecimiento (esperado) de 2% es bajo, ni siquiera nos pone en el nivel previo a la pandemia, como muchos países o la mayoría que ya está en ese nivel (…), debería estar creciendo más rápido para alcanzar la dinámica que alcanzaron otros países ya desde el año pasado”, añadió.
Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, consideró que las estimaciones de la OCDE para economía mexicana en 2023 se muestran positivas, dado que se espera una desaceleración, incluso sigue latente el riesgo de una recesión económica en Estados Unidos, el principal socio comercial de nuestro país.
“Por la dependencia que tiene nuestra economía con la de Estados Unidos, si se desacelera de manera significativa o cae en recesión, México va a tener un impacto fuerte», refirió.
“Si Estados Unidos estornuda a México le da pulmonía (…), si Estados Unidos se desacelera fuerte y como es probable, México no tendría que crecer arriba del 1%, si acaso en el mejor de los casos”, agregó.
En el informe titulado “Pagando el precio de la guerra”, la OCDE atribuye el deterioro de las perspectivas económicas e inflacionarias al conflicto bélico en Europa del Este.
Las perspectivas para el desempeño de la economía mundial para 2022 se mantuvieron sin cambios, en 3%, mientras que para 2023 ajustó 0.6 puntos porcentuales a la baja, quedando en 2.2%.
En el documento explicó que la economía mundial ha perdido impulso a raíz del conflicto bélico en Ucrania, además de que el PIB de varios países se ha estancado, aunado a que indicadores económicos apuntan a una desaceleración prolongada.
Asimismo, refirió alzas en los precios de energía y alimentos debido a la invasión rusa en Ucrania, “lo que ha agravado las presiones inflacionarias en un momento en que el costo de la vida ya estaba aumentando rápidamente en todo el mundo”.
En el caso de México, subió sus previsiones inflacionarias y ahora prevé que cierre 2022 con una tasa anual de 7.9%, un punto porcentual más respecto a lo estimado antes.
Para 2023, el organismo anticipó una desaceleración a 4.9%, 0.5 puntos porcentuales más que lo previsto en junio.
Con información de Francisco Rivera
LEG