De entre la multitud que arribó al auditorio del Complejo Cultural Universitario para escuchar el informe de la rectora Lilia Cedillo Ramírez, una figura marcó la ausencia, el ex rector Alfonso Esparza Ortiz.
El filibustero a quien se le señala de haber malversado cientos de millones de pesos no recibió invitación o declinó participar del evento al que estuvo convocada la comunidad universitaria, ante el riesgo de ser aprehendido.
Aún y la cauda de evidencias del saqueo que se vivió en la institución, existen dudas sobre la indecente conducta de Esparza Ortiz a quien aún juzgan un perseguido en un sector de la vida pública.
La inasistencia del más voraz saqueador del patrimonio de los universitarios quedó asentada en un conjunto de entregas de la Parabólica en 2021, en los que se observa con claridad montos, números de cuenta, comprobantes fiscales digitales por internet del SAT y, sobre todo, nombres.
Una mujer de nombre María Isabel Martínez Hermoso, sin identidad universitaria ni vocación por el servicio público se convirtió en la parte más delgada del hilo de la madeja de intereses particulares de ese grupo delictivo que lideró el prófugo.
Con el derecho de quien ganó influencias desde la alcoba, Martínez Hermoso obtuvo utilidades fuera de toda proporción a través de una compleja red de factureras que permitieron lavar dinero para satisfacer los bolsos de ella y las cuentas de banco del filibustero Esparza.
En una entrega de julio de 2021 quedó documentado el proceso de blanqueo del dinero público para llevarlo a las arcas de la pareja que se sirvió a manos llenas, exultantes por el poder y la adrenalina de la aventura.
“El 24 de febrero de 2017 a las 16:12:19 de la CLABE interbancaria 0473666581 de Banorte, salió medio millón de pesos, a través de una transferencia electrónica, a la cuenta 5579100144294129 en Santander, a nombre de María Isabel Martínez Hermoso, la denominada “voz del Rector” en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap). Era apenas una de las transferencias que durante años se efectuaron para triangular dinero de los universitarios a otras empresas fachada para lavar cuantiosos recursos”.
Hasta su exilio forzado en Madrid o en Canadá debió haber llegado el reporte del vice rector de Extensión y Difusión, José Carlos Bernal sobre las condiciones en las que se desenvolvió la ceremonia universitaria.
Ya sin el oropel, frivolidad y el derroche de los ocho años en que se mantuvo al frente de la oficina en El Carolino, la Rectora Lilia Cedillo Ramírez regresó la vida académica, universitaria y la institucionalidad a su campus.
Alejada del reflector y las tentaciones de la política partidista ofreció un discurso en el que lució el resultado del trabajo desempeñado, sin recurrir a la lisonja tan de Alfonso Esparza en tiempo del morenovallismo, ¿o ya se olvidó el informe en el que agradeció hasta en 14 veces la “generosidad desinteresada” del ex gobernador Rafael Moreno Valle?
Esparza Ortiz sí es un perseguido, pero no por su actividad política sino por su perfil de filibustero, el vulgar pirata que saqueó cuanto pudo, prófugo de la ley.
@FerMaldonadoMX