La crisis que derivó en la renuncia de Melitón Lozano Pérez a la Secretaría de Educación Pública luego del sainete del fin de semana del que fue testigo el presidente Andrés Manuel López Obrador y cuyo objetivo evidente era el gobernador Miguel Babosa, tiene el tufo de la traición política.

Resulta difícil atribuir a la coincidencia que detrás de la demanda de pago del dinero que demandan los integrantes de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no haya habido una trampa política.

Sospechosamente, el secretario general de la sección 51 del SNTE, Jaime García Roque asumió un papel casi inexistente en la demanda por el pago de ese bono para el gremio que aún lidera y que, según cálculos del gobierno del estado, será de unos 230 millones de pesos a finales de este 2022.

García Roque organizó encuentros a puerta cerrada para el coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco, un aspirante a la candidatura al gobierno de Puebla en 2024 y adversario político de Miguel Barbosa.

Mier Velazco ha mostrado ser proclive a tener encuentros, acuerdos y relaciones con gente que termina sujeta a proceso penal como el caso de Arturo N., su socio en la empresa que edita el periódico Cambio; el ex auditor Superior del Estado, Francisco R.; y el ex mando de Seguridad Pública, Alejandro S., acusado de participar en la ejecución de tres agentes ministeriales en noviembre del año pasado en Tecamachalco, gobernado por su hijo del mismo nombre.

En ese derrotero, ya casi al final de su gestión como dirigente de un gremio como el del magisterio, García Roque parece buscar un acuerdo de impunidad que lo ponga a salvo de la sospechas y eventuales acusaciones de corrupción sindical.

Entre maestras y maestros existe una versión que cobra cada vez más vigor, en paralelo con el sentimiento de frustración por el manejo irregular de las cuotas sindicales que han producido en otros casos, verdaderos émulos de jeques en Puebla.

Hace poco que García Roque contrajo nuevas nupcias para lo que no tuvo reparo ni pudor: organizó viaje lunamielero a Dubai, una camioneta de lujo de regalo con un costo de un millón de pesos; y más recientemente, una fiesta de cumpleaños igualmente, arrojando la casa por la ventana.

El bajo perfil que asumió el dirigente de la sección 51 del SNTE se puede ver incluso en la minuta de trabajo que la dirigencia magisterial firmó en la Dirección General de Gobierno.

De acuerdo con el documento obtenido por el equipo editorial, este martes a las 10:00 de la mañana se produciría una nueva mesa de trabajo “en donde se hará de conocimiento la fecha exacta para el pago de los pasivos”.

Convenientemente, del total de las 15 firmas estampadas en esa primera minuta, dos no aparecen: la del saliente dirigente magisterial, el recién casado García Roque y la del renunciante Melitón Lozano.

El primero, envuelto en el apremio de entregar la estafeta a su sucesor para librar la complejidad de coyuntura y el segundo, responsable directo, por omisión o deliberadamente, del crecimiento de un conflicto que se pudo resolver en el ámbito de lo administrativo.

 

@FerMaldonadoMX