Siempre será un enigma el momento por el que atraviesa una persiana que es aprehendida por agentes investigadores de la Fiscalía General del Estado, sobre todo en momentos en que la eficiencia de esa institución está por arriba del 82 por ciento, lo que la convierte en una de las más eficaces.
No puede ser una buena notica que la Agencia Estatal de Investigación ande detrás de los pasos de nadie, a menos que la cola sea larga y las manos se hayan manchado de sangre, droga o dinero sucio.
Por eso inquieta que al ser exhibido, el ex presidente municipal de Tecamachalco, Inés Saturnino López Ponce haya sostenido una sonrisa detrás de la cual se puede observar el 1.75 de estatura y la siglas de la corporación que lo detuvo.
“No puedo revelar muchas más cosas porque son parte de la investigación misma pero iba a haber una detención de un delincuente mayor esa noche, cuando ocurrieron los hechos que le imputan al señor Inés Saturnino”, dijo el gobernador Miguel Barbosa en su conferencia de prendas matutina.
No existen muchos delincuente de alto perfil que se mantengan en activo en la zona del triángulo rojo, ese perímetro que incluye la demarcación en la que el panista gobernó como en la película La ley de Herodes (Luis Estrada, 1999).
Salvo uno de ellos, a quien la voz popular conoce como El Toñín, Antonio Martínez Fuentes, un sujeto que nació y creció al amparo del grupo político al que López Ponce sirvió con fervor ciego.
Al Toñín se le atribuye el monopolio de la extracción de hidrocarburo y cuando corporaciones federales apretaron vigilancia y contención del huachicoleo, mutó a otro tipo de delitos como robo a transporte y cobro de piso.
Si la hipótesis se confirma, sólo quedará concluir que el alter ego de Genoveva Huerta, la ex presidenta del Partido Acción Nacional, llevada ese cargo por el acusado de un conjunto de delitos de cuello blanco como Eukid N., mantuvo desde siempre relaciones peligrosas.
Un pasaje que podría haber dado para un tramo de la película de Luis Estrada para extender la trama de Varguitas, fue la contratación de un pelotero de ligas mayores en Estados Unidos como Esteban Loaiza.
Por una fuente allegada al ex estrella de equipos de Pittsburgh, Texas y Toronto, el presidente municipal pagó 10 mil dólares del erario del municipio por haber grabado un mensaje de 20 segundos para presumir parte de sus logros de gobierno.
Dijo el edil al presumir a “su amigo”, el ex marido de la popular cántente Jenni Rivera, muerta en un accidente fatal de aviación, que haría cosas grandes al frente del gobierno municipal, para el que Acción Nacional lo hizo abanderado.
Loaiza, en cambio, usó los 10 mil dólares para un fin de semana en Las Vegas, contó la misma fuente que acompañó a quien tiempo después, en 2018 confesaría portar 20 kilogramos de cocaína, razón por la que fue llevado a la cárcel.
Mentiroso como ha sido, el imputado de militancia panista, vistió atiendo de catcher en ese mensaje para medios y redes. Conocida su proclividad a falsear la realidad, no tardará en llamarse perseguido político.