La Cámara de Diputados aprobó por unanimidad la iniciativa del diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), Mario Riestra Piña para inscribir con letras de oro en el Muro de Honor del salón de sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro el nombre de Gilberto Bosques Saldívar.
“Estoy cierto de que don Gilberto Bosques Saldívar habría aceptado la distinción que hoy estamos rindiéndole en esta soberanía, pero también estoy cierto de que en su mensaje nos habría de enfatizar la importancia de defender la independencia del Poder Legislativo”, expresó el panista desde Tribuna.
El legislador por el Distrito 12 recordó que Gilberto Bosques Saldívar fue un escrupuloso guardián del procedimiento Legislativo, prueba de ello fue la Constitución Política de 1917 al oponerse a cualquier violación de trámite y enfatizar que las normas mexicanas jurídicas establecen que la discusión legislativa debe darse de lo general a lo particular, logrando que se respetara el adecuado trámite legislativo.
Como diputado local constituyente de Puebla en 1917, con apenas 25 años, resaltó que una de las constantes del quehacer legislativo de Bosques Saldívar fue su afanosa lucha en favor de la división de Poderes. “El joven legislador poblano siempre defendió la independencia del Poder Legislativo”, señaló.
También rememoró que cuando tres diputados de aquella legislatura propusieron que se incinerara el libro de actas de las sesiones secretas del Constituyente poblano y se mandara a reescribir otro ejemplar, con el pretexto de que la letra fuera legible y se corrigieran los posibles errores o faltas de ortografía y redacción, Gilberto Bosques se opuso con vehemencia y argumentando que sería indecoroso cambiar el libro, “porque pondría en tela de juicio la actuación de la asamblea mandando destruir un libro que ya tiene carácter de oficial”.
Riestra Piña agregó que don Gilberto Bosques Saldívar supo oponerse a los abusos del poder y a los grandes villanos nacionales y de nivel mundial.
“Don Gilberto, se opuso a los más grandes villanos de su tiempo, a los villanos que concentraban poder en su autoritarismo en Puebla, como Maximino Ávila Camacho. A los villanos nacionales más grandes, como Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, pero también a los villanos más grandes del totalitarismo a nivel mundial, como Adolfo Hitler”, destacó.
Expuso que arriesgó la vida en varias ocasiones defendiendo sus principios. En 1937 fue precandidato a gobernador por Puebla dentro del Partido Nacional Revolucionario. Se enfrentó en un proceso interno contra Maximino Ávila Camacho, dentro de un proceso desaseado donde, hubieron muertos y heridos. Multitudinarias.