En 2017 se diagnosticaron más de 4 millones de casos de infección en vías urinarias en México, siendo así la tercera causa de morbilidad en México. La bacteria Escherichia coli (E. coli) uropatógena es uno de los principales motivos de infección del tracto urinario en niños y adultos. Su virulencia radica cuando se adquiere de manera extraintestinal, alojándose en vejiga, riñón e incluso en el torrente sanguíneo ocasionando graves problemas de salud.
Desafortunadamente, se sabe poco de esta bacteria y no se cuenta con un marcador específico para reconocerla, ya que tiene un mecanismo complejo con alrededor de 3 mil genes core (necesarios para la réplica, transcripción, traducción y síntesis de proteínas), más 13 mil genes ganados por transferencia genética horizontal para adaptarse a un medio ambiente diferente o ser más virulenta.
Para conocer sus mecanismos de daño y el tipo de infección que causa, principalmente en población mexicana, científicos del Centro de Investigación en Ciencias Microbiológicas, del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP), analizan el genoma de E. coli uropatógena con el fin de proponer métodos de prevención, control y selección de un tratamiento más adecuado.
La doctora Margarita María de la Paz Arenas Hernández, responsable de este proyecto, explicó que este estudio se centra en la purificación del DNA de 10 cepas de esta bacteria seleccionadas previamente, las cuales se secuencian para saber qué genes codifican para virulencia y resistencia. Incluso se enfocan en el serotipo O25:H4, el cual durante la última década adquirió una mayor frecuencia de aparición y multirresistencia antimicrobiana que complica el tratamiento.
Las cepas en cuestión se han aislado de recién nacidos, niños, varones de diferentes edades y mujeres con displasia cervical, embarazadas y sanas para establecer un grupo control.
“Al analizar los genomas de cepas de E. coli uropatógena en otros países se observó una alta virulencia. En México, además de tener esta particularidad, son también multi drogo resistentes. De ahí la importancia de estudiar cepas aisladas de población mexicana para conocer sus características y dar un mejor tratamiento al paciente”, detalló la integrante del Cuerpo Académico Interacción Microorganismo Hospedero.
Arenas Hernández, doctora en Ciencias Microbiológicas por la BUAP, aclaró que únicamente se han basado en biomarcadores de virulencia y resistencia, información que confirmarán con los resultados de secuenciación que serán analizados por la alumna de doctorado Isabel Monserrat Cortés de la Puente.
“Tenemos alrededor de 700 cepas y hemos seleccionado las más interesantes por sus características, las cuales mandamos a secuenciar. Es decir, investigamos fragmentos del genoma a través de la amplificación por reacción en cadena de la polimerasa, para saber si son virulentas y resistentes”, refirió la investigadora del ICUAP.
En este proyecto colaboran los doctores Claudia Fabiola Martínez de la Peña, Rosa del Carmen Rocha Gracia, Patricia Lozano Zaraín, Ygnacio Martínez Laguna y Alejandro Carabarín Lima, integrantes del citado cuerpo académico.
La también responsable del Laboratorio de Biología Molecular de Enteropatógenos indicó que la siguiente etapa de esta investigación será abordar la regulación de la expresión genética; es decir, qué genes y proteínas están involucrados en la expresión de los factores dentro del hospedero, ya que E. coli puede estar en diferentes ambientes, como agua y alimentos contaminados.