Emmanuel Macron, presidente de Francia, se mantiene firme tras la aprobación por decreto de una polémica reforma de las pensiones y dos mociones de censura salvadas por la mínima a su gobierno, pero llamó a la calma en la calles, donde continúa la indignación.
El mandatario, que romperá su silencio oficialmente este miércoles en una entrevista en televisión, avanzó en una reunión con sus aliados que no remodelará su gobierno ni disolverá el Parlamento, y tampoco someterá a referendo su reforma.
El presidente hablará para “apaciguar”, ya que es “muy consciente del momento convulso” actual, pero sin “precipitaciones”, resumió un participante en la reunión en el Elíseo.
Ante una nueva noche de protestas con miles de personas en las calles de París y de otras ciudades francesas, Macron advirtió que “la muchedumbre” y los “disturbios”, no tienen “legitimidad” sobre los representantes del pueblo.
En París, hubo tensión tras el intercambio de proyectiles y gases lacrimógenos entre centenares de personas contra la Policía al término de una concentración sindical que reunió hasta 3 mil 500 manifestantes. Once personas fueron detenidas.
Otras protestas se realizaron en Lille, Grenoble, Rennes y Nantes, donde también hubo gases lacrimógenos y daños materiales.