Decenas de miles de nacionalistas israelíes participaron ayer en la “marcha de las banderas” en Jerusalén, que conmemora anualmente la ocupación en 1967 de la parte oriental de la ciudad por las tropas del Estado hebreo.
Esta manifestación se produce en un contexto de fuerte tensión por el conflicto entre Israel y las fuerzas palestinas, que dejó unos 200 muertos este año, 35 de ellos en una guerra entre el 9 y 13 de mayo en la Franja de Gaza.
Los palestinos del este de la ciudad cerraron sus negocios, y tienen prohibida la entrada por la puerta de Damasco a la Ciudad Vieja de Jerusalén, sector anexado por Israel, para dejar paso a los manifestantes.
Medios internacionales vieron como algunos nacionalistas israelíes atacaron a periodistas con botellas y piedras, y otros gritaron “muerte a los árabes”. Poco antes vieron a jóvenes judíos escupir a palestinos y pegar a uno de ellos.
En la Franja de Gaza, miles de personas se congregaron en la frontera, muchas de ellas con banderas palestinas, mientras el Ejército israelí tiraba gas a los que se acercaban a la valla.
CON INFORMACIÓN DE AFP