Con 283 votos a favor, 155 en contra y una abstención, la Cámara de Diputados de Brasil votó el “Marco Temporal”, no sólo una derrota para los 900 mil indígenas brasileños, sino también de la primera gran derrota del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que ha hecho del medio ambiente y de los derechos de los pueblos originarios parte importante de sus promesas.
“Marco Temporal” es una ley que modifica el sistema de delimitación de las tierras indígenas del país y que ha sido promovida por el sector del agronegocio. Si la ley se aprobara también en el Senado, los pueblos indígenas que no puedan demostrar que vivían físicamente en sus tierras el 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución brasileña, dejarán de tener derechos sobre ellas. Muchos corren ahora el riesgo de ser desalojados de sus territorios y muchos otros, ya privados de sus tierras en el pasado, podrían no regresar jamás, situación que generó un descontento por medio de protestas que enfrentaron a los policías tras conocerse la resolución.
También es una prueba significativa de la dificultad para obtener una mayoría en los principales temas de su agenda. Según el diario Estado de São Paulo, la bancada ruralista quiso enviar un duro mensaje porque no digirió su viaje a China, el mayor comprador del agronegocio brasileño.