Por Sommelier Michelle Carlín
A propósito del día del sommelier instaurado por la ASM*, que se festeja de forma nacional el día de mañana 3 de junio, me pareció adecuado platicar un poco sobre lo que para mí significa ser sommelier.
Vale la pena saber que en la cadena del vino hay 3 personas básicas (por supuesto hay muchos más involucrados que ayudan a esas áreas) alineados en tres tiempos, y son; el campo, la bodega y la copa, en el campo esta la gente apasionada por las uvas que cuidan a la planta para que ellas den lo mejor de si, y estan lidereados por los ingenieros agrónomos o viticultores, en la bodega, se encuentran las personas que suelen ser ingenieros químicos, enólogos y/o winemakers que cuidan esas uvas durante su transformación física, química y biológica para ser vino, y en la copa están los profesionales del vino lidereados por los sommeliers, de quien su labor principal es almacenar, supervisar, recomendar, servir, y darle voz al vino de forma adecuada.
Cuando inicié en el mundo del vino no tenía idea quien era ese personaje que se encargaba de la recomendación de vinos, es más nunca había escuchado como tal que existiera un área de especialización como la sommelieria, y me pareció apasionante formar parte de ese mundo lleno de interrogantes, conforme me fui adentrando me di cuenta que es un mundo dual lleno de glamour pero también lleno de responsabilidad y trabajo arduo, lleno de subjetividades, pero también lleno de gente comprometida con aprender más, es un mundo lleno de vino pero también lleno cervezas, café, tabaco, aguas, destilados, etc., es un mundo apasionante del cual si le das la oportunidad siempre estas aprendiendo algo de ti mismo, es una pasión que te puede llevar a estar frente al cliente en un restaurante en el servicio o en un salón de clases, en una bodega como parte del equipo creativo del vino o en una competencia nacional e internacional donde se miden tus habilidades y capacidades con respecto a la sommelieria, o puedes incluso desarrollar todas a la vez.
Claro que no se olvida que el sommelier inició sus andanzas como aquel que cargaba las pertenencias de la persona a la que servía, y pasó mucho tiempo y evolución del nombre de "sommier" -hombre dedicado a la carga y al peso-, hasta llegar a "sumillers" que procede del latín medieval "summularius"-oficial encargado de los víveres y del material-, es verdad que su principal área de desarrollo es el servicio, pero no hay razón para limitarse solo a eso, hay demasiadas áreas retadoras de desarrollo para el sommelier y vale la pena abrir los horizontes y aprender de todas encontrando la que es mejor para cada uno de nosotros y desarrollarla al máximo.
Es aquí donde cada quien imprime su personalidad y las habilidades alcanzadas durante la experiencia de desarrollar el oficio, es aquí donde se deben fusionar el oficio con profesionalizar la pasión, y hacer que se levante la barra a través de aprender más y transmitir certeramente para crear una puerta en la que los neófitos puedan adentrarse y dejarse llevar de la mano a través de este mundo lleno de sensaciones.
Mucha gente piensa que ser sommelier es un pasaporte para estar probando vino todo el tiempo sin más, pero aunque en parte es así, no se dan cuenta de la responsabilidad que debe existir y del trabajo arduo que debe venir detrás, es verdad que existen muchos post acerca de catas magíficas a las que muchos asisten, pero lo cierto es que sin las bases y un conocimiento sólido y estudio constante, estas catas magníficas son poco entendidas y apreciadas en la esencia.
La realidad es que ser sommelier es permitir protagonizar a través de ti al vino (cerveza, café, agua, tabaco...) es tu responsabilidad darle voz justa y objetiva al trabajo de la gente que se involucró en el proceso desde el día uno, es poseer la ética correcta para hablar de la forma adecuada del vino sin denigrar y demeritar el trabajo de los demás, y no olvidar que el protagonista es él, tú solo eres un traductor de sensaciones...
*Asociación de sommeliers mexicanos