Foto: AFP

Las autoridades informaron que ayer durante una reunión política organizada por un partido islámico, al menos 44 personas murieron y decenas quedaron heridas en el noroeste de Pakistán por la explosión de una bomba.

El ataque iba dirigido contra el partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F), que celebró una asamblea bajo una carpa a la que asistieron más de 400 miembros y simpatizantes en la ciudad de Jar, cerca de la frontera con Afganistán.

“La carpa colapsó por un lado, dejando atrapadas a personas que buscaron escapar de forma desesperada”, contó Abdulá Jan. “Hubo una confusión total, había carne humana, restos de extremidades esparcidas y cadáveres”, relató el testigo.

Sabeeh Ulá, un simpatizante del partido de 24 años, dijo sufrió una fractura del brazo debido a la explosión.

“Me encontré tirado junto a una persona que había perdido sus piernas, el aire estaba intoxicado con el olor de la carne humana”, contó.

Riaz Anwar, delegado del Ministerio de Salud en la provincia de Jaiber Pastunjuá indicó que hay 44 muertos y más de 100 heridos. “Fue un atentado suicida y el atacante se hizo explotar cerca del escenario”, dijo.

Las imágenes del lugar de la explosión que circulan en las redes sociales muestran cuerpos esparcidos y voluntarios ayudaban a las víctimas ensangrentadas a subir a las ambulancias.

La Asamblea Nacional de Pakistán va a disolverse en las próximas semanas, antes de las elecciones y los partidos políticos están en campaña.

INESTABILIDAD

Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque, pero el brazo local del grupo Estado Islámico (EI) realizó recientemente ataques contra JUI-F.

El año pasado, el EI se adjudicó los ataques violentos contra los eruditos religiosos afiliados al partido, que tiene una enorme red de mezquitas y escuelas del país.

El grupo yihadista acusa a JUI-F de hipocresía por ser un grupo islámico religioso que ha apoyado a sucesivos gobiernos.

En Pakistán hay un importante aumento en los ataques desde que los talibanes volvieron al poder en Kabul en 2021.

En enero, un atacante suicida vinculado a los talibanes de Pakistán se inmoló en una mezquita dentro de un recinto policial en la ciudad noroccidental de Peshawar, matando a más de 80 agentes.