Pionyang anunció ayer el inminente lanzamiento de un satélite de espionaje casi tres meses después de un primer intento fracasado, provocando condenas de Japón y Corea del Sur y llamados a su cancelación.
Está previsto entre el 24 y el 31 de agosto, indicaron las autoridades de Corea del Norte a los servicios guardacostas de Japón, que movilizó su flota y su sistema de defensa.
Corea del Sur aseguró que el lanzamiento sería “un acto ilegal” por violar las sanciones de la ONU que prohíben desarrollar misiles balísticos, que comparten tecnología con las lanzaderas espaciales.
Estados Unidos también instó a Corea del Norte a abstenerse de “realizar más actividades ilegales” y a comprometerse con “una diplomacia seria y sostenida”.
En mayo, Corea del Norte intentó poner en órbita lo que describió como su primer satélite de reconocimiento militar, pero el cohete que lo transportaba cayó al mar minutos después del despegue.
Pionyang explicó que desarrolló ese satélite de espionaje como un contrapeso necesario ante la creciente presencia militar de Estados Unidos en la región.