Dennis McGinley, del grupo 9/11 Justice, dijo que el acuerdo dejaría sin contar la historia completa del ataque que mató a su hermano Danny en la torre sur del World Trade Center.
“Todo esto es, es… para evitar que se lleve a cabo un juicio en el que Jalid Sheij Mohamed tendrá que desembuchar”, comentó, refiriéndose al hombre que reivindicó ser el cerebro del 11 de septiembre.
McGinley explicó que el tipo de castigo no le importaba ahora. “Sea la pena de muerte o cadena perpetua, yo quiero lo que los terroristas no quieran”, aseveró.
Además, argumentó que un acuerdo permitirá al gobierno mantener información clasificada sobre los ataques.
Mientras algunos aspiran al castigo máximo tras dos décadas de limbo legal, una propuesta para permitir que los presuntos autores del 11 de septiembre se declaren culpables y eviten la pena de muerte plantea un complejo dilema para los familiares de las víctimas.
La propuesta, presentada este mes por los fiscales, podría ofrecer a las familias de las casi 3 mil víctimas la mejor vía hacia la resolución de un caso empantanado por maniobras en las comisiones militares de Guantánamo, que han dilatado durante años el juicio.
Algunos familiares de los fallecidos en el World Trade Center de Nueva York, el Pentágono y Pensilvania dicen que un acuerdo sin juicio podría significar que nunca se sabrá toda la verdad sobre lo que ocurrió aquel 11 de septiembre de 2001.
Otros dicen que cada año de retraso significa que más personas fallecen sin que se haga justicia para sus familiares asesinados, y aumenta el riesgo de que los propios acusados, que ya tienen edad avanzada, puedan morir sin ser declarados culpables.
“Todos los miembros de la familia del 11 de septiembre quieren justicia y rendición de cuentas. Muchos de nosotros han muerto en las últimas dos décadas sin ninguna de las dos cosas”, indicó una organización que apoya el acuerdo.
TORTURA
En el acuerdo propuesto, los acusados “aceptarían responsabilidad penal por sus acciones y se declararían culpables de los delitos imputados a cambio de no recibir la pena de muerte”, señala la carta.
Además, plantea que los acusados tendrían que aceptar una “estipulación de hechos”, que proporcionará detalles del complot del 11 de septiembre y su papel.
Si bien los fiscales dijeron que no se llegó a ningún acuerdo, la carta indica que es hacia donde parece dirigirse el caso.
La perspectiva de más retrasos se acentuó la semana pasada cuando, en otro caso en Guantánamo, un juez militar rechazó confesiones contaminadas por tortura.
Eliminar la pena de muerte podría provocar una reacción emocional no sólo de las familias de las víctimas sino también del país en general, donde sigue persistiendo una profunda ira por el ataque de Al Qaeda