A casi dos décadas de su detención, Raúl Osiel Marroquín, conocido como el Asesino Arcoíris, se encuentra en el Penal de Santa Marta Acatitla cumpliendo una condena de 290 años. Te platicamos un poco de él.
A inicios de 2006 muchos mexicanos quedaron impactados con la noticia de la detención de Osiel Marroquín en Tampico, quien era conocido como el Asesino Arcoíris pues el sector poblacional que fue víctima de sus asesinatos fue el de los hombres homosexuales.
Actualmente ya no se identifica como asesino, sino como artesano. Se encuentra preso en el Centro Diamante de Alta Seguridad del Penal de Santa Marta Acatitla, en la Ciudad de México, cumpliendo una condena de 290 años.
Los casos por los que fue vinculado a proceso penal fueron cuatro asesinatos y dos secuestros, aunque se cree que fueron muchos más.
Era también conocido como “El sádico” y en su momento opacó al arresto de la Mataviejitas. Te platicamos más.
Osiel Marroquín comentó en una entrevista cuando lo arrestaron que es originario de Tampico, Tamaulipas y a pesar de vivir en un entorno socioeconómico bajo considera que vivió una infancia como la de cualquiera.
“Padres honrados, una familia numerosa, éramos seis hermanos en total y tuve una infancia muy feliz, llena de cosas maravillosas”, contó.
Ingresó a la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), como adscrito al quinceavo batallón militar en Tampico. Sus compañeros del ejército lo recuerdan como alguien muy bromista y extrovertido.
Se cuenta que no era homosexual, pero que cuando estaba en el ejército bromeaba mucho con ese tema, a manera de diversión.
Todo pareció empeorar cuando desertó del ejército mexicano, pues se le sorprendió realizando actos vandálicos, como robos en OXXOs.
Los actos criminales de Marroquín escalaron al grado de tener motivaciones homofóbicas. Mataba a hombres homosexuales, asfixiándolos. Después colocaba sus cuerpos en maletas y los abandonaba en avenidas de la Ciudad de México.
En muy poco tiempo se ganó una reputación muy negativa, y el miedo reinó en mucha gente de la Ciudad de México.
A casi 20 años de su arresto, el homicida dice enorgullecerse de sus actos y sigue sin mostrar el mínimo arrepentimiento.