En sólo cuatro meses, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas aumentó su efectividad, de 33% al 80%, informó Javier Cervantes Gómez, titular de la comisión.
Explicó que antes de que él llegara a la titularidad de la Comisión Estatal de Búsqueda, en septiembre de 2023, tenían el registro de 435 personas desaparecidas y sólo se habían localizado a 142, lo que arrojó una productividad de 33%.
Indicó que desde que él dirige la Comisión Estatal de Búsqueda se tiene el registro de 221 personas reportadas como desaparecidas, de las cuales 179 ya fueron localizadas, es decir, obtuvieron una efectividad del 80.1%.
Javier Cervantes Gómez explicó que cuando asumió la titularidad de la Comisión había 64 personas laborando. Hallaron que 12 millones de pesos no se utilizaron, y los reintegraron a las arcas de la Federación.
También se enfrentaron a la falta de licencias y créditos de algunos software y herramientas informáticas para el hallazgo de personas. Algunos de los sistemas que utiliza la Comisión Estatal de Búsqueda son Hunter, Identity, 3D Human y PhoneLog.
Análisis y métodos de trabajo
De acuerdo con el diagnóstico de la Comisión Estatal de Búsqueda, la productividad mejoró porque decidieron cambiar la forma de trabajo que se llevaba a cabo.
Existe una Dirección de Análisis de Contexto, encargada de elaborar el análisis de cada desaparición. Se trata de un documento donde recaban la información necesaria para crear un plan de búsqueda.
El titular de esta dirección, Juan Carlos Valdés Sánchez, explicó que este análisis no fue llevado a cabo de forma correcta, y que por ese motivo los planes de búsqueda no resultaron efectivos.
Aseguró que no se utilizaba una metodología precisa y no tenían una aproximación científica, ni análisis de la información, a pesar de que el documento es necesario para el otorgamiento de las fichas amarillas de la Interpol.
De acuerdo con el funcionario, este análisis debe ser objetivo y debe contener información analítica, cuantitativa y cualitativa. Debe incluir datos de todas las situaciones, para generar las hipótesis sobre los delitos a los que podría estar vinculada una desaparición.
Es fundamental conocer esa información, para que con base a las hipótesis, se hagan las búsquedas necesarias y efectivas, pues permite la colaboración con las fiscalías especializadas.
“Hoy en día toda la información que se tiene se clasifica y se valida (…) tiene mucha cuestión de análisis de inteligencia”, dijo Valdés Sánchez.
Cruzar información es indispensable
El titular de la Dirección de Acciones de Búsqueda, Juan Luis Galán Ruiz, explicó que para lograr el hallazgo de las personas desaparecidas en Puebla es necesario hacer un buen análisis de contexto, para diseñar planes de búsqueda acordes a las necesidades del caso.
Indicó que el análisis del contexto debe ser comunicado a la Dirección de Acciones de Búsqueda, quien les dará seguimiento a los expedientes. Antes de septiembre de 2023, ese procedimiento no ocurría.
“El análisis de contexto no era procesado por la dirección de acciones de búsqueda, sino más bien era ejecutado prácticamente, no había una situación constructiva, ni una confronta de ambas áreas”.
Subrayó que esa forma de trabajo derivó en la improductividad, desconfianza y distanciamiento de las familias buscadoras.
Aunque la Comisión Estatal de Búsqueda ha mejorado su productividad, aún hay algunas áreas de oportunidad que pretenden mejorar.
Por ejemplo, expusieron que hace falta un Registro Estatal de Personas Desaparecidas, ya que permitiría tener la información sobre las desapariciones de manera agrupada y sistemática, porque actualmente sólo cuentan con bases de datos.
Los directivos indicaron que trabajan con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para crear el registro y esperan que en los próximos meses esté listo.
También comentaron que en Puebla y en todo México se carece de un Sistema Profesional de Carrera, que permita la contratación de personal más capacitado.
Se espera que la Comisión presente el Plan Estatal de Búsqueda, el cual será socializado con familiares de personas desaparecidas.
Por Paola Macuitl Gallardo