Un encuentro entre Ignacio Mier y su principal financiador en las últimas semanas del año pasado encendió las alertas en el círculo más compacto del desaparecido diputado federal.
No eran ni son menores los problemas que arrastra “Morenacho”.
El poderoso empresario invitó a su casa en Lomas de Angelópolis a Mier con el pretexto de las fiestas navideñas y luego de que durante semanas perdió comunicación con él, una vez que fue el principal perdedor en la interna morenista, que terminó por favorecer a Alejandro Armenta, hoy abanderado de la alianza Sigamos Haciendo Historia para las elecciones de junio próximo.
Tras los abrazos de cortesía y una charla hueca, el anfitrión al fin fue directo al real objetivo de la reunión que era saber el futuro político del aspirante fallido para apaciguar un poco a los inversionistas de la precampaña que comenzaban a presionar para que se les reintegrara parte del dinero entregado o conocer los detalles de cómo y en qué tiempo se les regresaría el recurso cedido.
Entre las principales mesas de los hombres y mujeres de poder se dice que el equipo de la precampaña de Nacho Mier habría recibido 400 millones de pesos, bajo un esquema en el que la entrada mínima era de 7 millones con la promesa de que el reintegro sería por el triple de lo invertido.
Palabras más, palabras menos, el discurso con el que varios empresarios y políticos fueron embaucados por los personeros de Mier versaba en que en los meses que duró el larguísimo proceso interno de Morena “era el momento de entrarle, pues después (cuando ya fuera candidato) vendrían empresarios de todo el país y hasta extranjeros, gobernadores y toda clase de políticos de la cúpula nacional a financiar la campaña”.
Con ese modelo de negocios cimentado en la mentira de ser “el legislador más cercano a AMLO”, Moisés Ignacio pudo pagar para tapizar de espectaculares, bardas y lonas, realizar las asambleas de su instituto político “charro” en los que eran acarreados las mismas personas de un municipio al otro, pagar encuestas y estudios de opinión ‘patitos’ y comprar espacios en los principales medios de comunicación a nivel nacional y local.
Después del 10 de noviembre, Nacho Mier se convirtió en un fantasma, perdió todo el interés por mantener unido a su grupo político, que ahora ya no tiene ninguna certeza ni interés de mantenerse con el coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro.
El financiador de Nacho Mier pudo corroborar que éste ya no tenía ninguna intención de saldar sus deudas ni pelear por los colaboradores que se la jugaron con él en la interna morenista y por los únicos que vería sería por sus hijos Daniela e Ignacio, a quienes busca imponer como candidata a diputada local por el Distrito 10 de la capital, en el caso de la primera; y como abanderado otra vez en Tecamachalco para buscar su reelección, en el caso del segundo.
El reclamo del empresario no se hizo esperar al pedir que fuera un poco más considerado con todos aquellos que invirtieron en su catastrófica y torpe campaña, así como con los que trabajaron por una candidatura para los comicios en puerta.
Y es que, existe una segunda deuda que preocupa aún más a Ignacio Mier, la cual, se dice, es casi de 800 mdp, el cual fue entregado en efectivo y cuyo origen ya es investigado por el Centro Nacional de Inteligencia.
Por las amenazas que ya iniciaron y que no son nada amistosas, Mier Velazco corrió la versión de que él será el futuro presidente de la Mesa Directiva del Senado en el primer año de la próxima legislatura, además de que negoció con Alejandro Armenta una secretaría importante en el gobierno del estado para así controlar un poco a los inversionistas que perdieron la calma desde hace semanas.
En la Ciudad de México, en específico, en el búnker de Claudia Sheinbaum, ya llegaron los dichos de “Morenacho”, los cuales no cayeron nada en gracia, por lo que la candidata presidencial pidió aclararle al expriista que en la lista para ocupar ese cargo en la Cámara alta hay al menos una veintena de sus más leales colaboradores antes que él, quien será un senador más en el siguiente sexenio.
Al parecer, el modelo económico no le va a funcionar una vez más a Nacho Mier, quien parecería que no debe nada y que prefiere presumir sus vacaciones en la playa que cumplirle un poco a los hombres y mujeres que se hundieron con él el año pasado.
La máquina de humo de Nacho se quedó sin energía.
El globo se ponchó.
Ahora sí que a Nacho Mier le crea quien no lo conozca.
Por GERARDO RUIZ