Con un dramático final, que se extendió hasta los últimos segundos del quinto periodo jugado, los Jefes de Kansas City conquistaron su cuarto Super Bowl y segundo de manera consecutiva, al vencer 25-22 a San Francisco en Las Vegas.
Las defensivas dominaron el inicio del Super Bowl, pero las acciones de ambos equipos no lograron concretar una anotación y fue hasta el segundo cuarto cuando Christian McAfrey fue el encargado de lograr que el juego despertara hasta que Jake Moody pateó 55 yardas y le entregó los primeros puntos a San Francisco.
El partido empezó siendo de San Francisco. Un balón suelto durante la primera ofensiva de los 49ers comenzó a cambiar el rumbo del juego de inmediato y fue lo que le dio emoción desde al principio, lo que hizo que el Allegiant Stadium se levantara eufórico, y es que, de cada 10 personas en el estadio, ocho estaban a favor de los hombres que un día fueron representados por el histórico Joe Montana, quién también salió a la cancha a saludar al público.
Celebridades, políticos, empresarios, modelos y otros deportistas retirados que durante toda la semana atrajeron los reflectores en Las Vegas, engalanaron los palcos del Allegiant Stadium. Y cómo se iban a perder la primera fiesta grande de la NFL en la “Ciudad del Pecado”, en donde próximamente también residirán los Atléticos de Oakland, cuando el casino Copacabana sea derruido y ahí mismo se construya el estadio que albergará juegos de Grandes Ligas.
Leonardo DiCaprio, Jeff Goldblum, Justin Bieber y su esposa Hailey Bieber, Rey Misterio, Martha Stewart, Queen Latifah, Jay Z y Gordon Ramsey iluminaros las gradas y atrajeron el enfoque de las cámaras en las pantallas gigantes en lo que los jugadores se organizaban en medio de la cancha o alguien pedía un tiempo fuera.
En lo que los Jefes de Kansas City emparejaban el juego, ya a la altura del tercer cuarto, el estadio entero se deleitaba viendo como Taylor Swift hacía competencias con sus acompañantes de quién bebía más rápido, claro, esto sin saberse por completo qué era la bebida que contenían los vasos. Mientras tanto, en el campo de juego, su novio hacía un juego de 92 yardas en nueve recepciones.
Con Jake Moody como protagonista con el gol de campo más largo en la historia del Super Bowl, al hacerlo en 54 yardas, el pateador de San Francisco terminó por darle una última ventaja a los 49ers con menos de dos minutos en el reloj del último período, que llamó a los Jefes a una última serie ofensiva comandada por Patrick Mahomes, para igualar el juego a 19 puntos y forzar a un alargue.
Tras perder el volado al inicio del encuentro, los Niners tuvieron la suerte de su lado para recibir la primera serie ofensiva en el tiempo agregado, que Moody tradujo en su tercer gol de campo de la noche.
Con la obligación de hacer valer su ya envidiable legado, Mahomes condujo a Kansas City a una última serie ofensiva que Mecole Hardman definió con la recepción en las diagonales, para darle el bicampeonato a los Jefes.